La Fiscalía pide condenas de un año de cárcel y de seis meses de prisión para cinco personas, todos ellos socios en distintos momentos de un bar situado en la calle Pere de Portugal de Eivissa por un delito contra el medio ambiente.
El ruido provocado por el local motivó durante tres años once denuncias de los vecinos del establecimiento. El ministerio público considera que los acusados eran conscientes de la contaminación acústica que provocaba el local y que no hicieron nada para remediarla. En la sesión de ayer, el fiscal rebajó de forma sustancial su petición de penas de cárcel a los acusados.
Calificación
De los cinco y tres años que pedía en su escrito inicial ha pasado a solicitar un año de cárcel para los principales acusados y medio para el resto. El ministerio público apoya esta rebaja en el que durante el juicio no ha quedado demostrado que el establecimiento actuara de forma clandestina y también tuviera en cuenta dilaciones indebidas en el proceso.
También compareció ayer como perito el técnico de medio ambiente del Ayuntamiento de Eivissa que se encarga de los ruidos. El experto señaló que el local sí tenía un aislamiento acústico que cumplía con la legislación, si bien matizó que esas medidas de protección sirven para determinado nivel de ruido. Según los acusados, no sólo cumplieron con la legalidad sino que, además, la sobrepasaron. Asimismo acreditó uno de los cinco expedientes sancionadores abiertos por el Ayuntamiento después de una medición positiva en la que el local superaba los 25 decibelios, el máximo permitido por la normativa en cualquier zona del municipio -incluso las turísticas- por las noches.
El Club abrió sus puertas como tal en diciembre de 2005 y estuvo en funcionamiento hasta 2008. Las molestias que se denunciaron motivaron varias intervenciones policiales durante las primeras horas de la mañana. En algunos casos, los agentes que actuaron intervinieron pequeñas cantidades de drogas que fueron arrojadas por los clientes cuando detectaron la presencia policial.