Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil arrestaron ayer a Francisco R.R. , un policía local de Sant Josep de 45 años y natural de Eivissa, en relación con el asesinato de María Karina Rosales Rivera, la mujer venezolana cuyo cadáver fue encontrado el 13 de mayo en una vieja casa abandonada situada en la carretera que enlaza Santa Agnès con Sant Antoni, cerca de Cala Salada.
Después de semanas recopilando información e interrogando a las personas de su entorno, los agentes arrestaron a este hombre, que también pertenecía al grupo de Protección Civil de Sant Josep, ayer a las 13 horas y que será puesto a disposición judicial durante la mañana del próximo martes antes el Juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa.
María Karina Rosales era natural de la ciudad venezolana de Mérida y vivía en Eivissa desde hacía tres años y aquí se dedicaba al maquillaje artístico. La víctima residía en una casa de campo ubicada en Benimussa en compañía de Francisco R.R., que interpuso denuncia de su desaparición días antes.
Según fuentes policiales, María Karina había iniciado una relación sentimental con esta persona pero según indicó el detenido no se hallaba muy consolidada.
Durante la investigación se supo que Karina era muy asidua a las redes sociales, en especial a Badoo y Facebook. De hecho, en su perfil de Facebook se definió como ‘make up artist'. Su actual compañero sentimental indicó a los investigadores que la había dejado el viernes día 11 de mayo en un bar de Eivissa porque había quedado con unos amigos y tras ello le perdió la pista.
Según los resultados de la autopsia, todo hace pensar que el crimen fue perpetrado un día antes de que se encontrara su cadáver y que fue conducido allí una vez asesinada. Dos forenses se encargaron de realizar la autopsia. Se observaron fuertes golpes en la cabeza, uno de ellos en la parte superior de la frente que le abrió una gran brecha. Murió a consecuencia de los cortes que sufrió a la altura del cuello. Los forenses apreciaron varios cortes en la garganta, uno de los cuales fue mortal de necesidad, ya que le segó la traquea. No fue objeto de agresión sexual.
Investigación
Para la investigación de este crimen se desplazaron a Eivissa desde Mallorca especialistas de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Durante todo este tiempo se ha investigado a un gran número de personas que se relacionaban con ella a través de las redes sociales, por lo que el abanico de sospechosos fue muy amplio y obligó a los investigadores de la Guardia Civil a realizar multitud de gestiones y comprobaciones que conllevó una gran carga de trabajo.
Colaborador
Su actual compañero sentimental prestó una ampliación manifestación en dependencias de la Guardia Civil con el fin de que aportara todas las circunstancias que pudieran llevar al esclarecimiento de los hechos y, según fuentes de la Guardia Civil, facilitó datos que conducían a una compleja investigación colaborando en todo momento. A pesar de aportar datos lógicos y coherentes, los investigadores determinaron que la versión de su actual compañero incurría en falsos datos y circunstancias. Esto provocó que se abriera una línea de investigación que condujo a concretar que había sido él y no otro el supuesto autor de la muerte de María Karina Rosales, obteniendo numerosas pruebas de ello.