«¿No es verdad que usted estaba, por decirlo así, enganchado sentimentalmente [a su examante]?» La pregunta la formuló el fiscal al acusado, que respondió con un no tajante. El acusado, de nacionalidad española, asegura que los 20 mensajes de texto que en tan solo tres días envió a su examante, una joven brasileña que al parecer se encuentra en el país en situación irregular, eran únicamente para que ella le diera dinero para poder pagar el piso que tenían alquilado.
Sin embargo, insistió el fiscal, en los mensajes se añadían coletillas como «te quiero» o «tenemos un bonito verano por delante» y cosas por estilo, y nada se decía del dinero. El caso es que, finalmente, la joven, que ayer no compareció en el jucio, decidió denunciar a su examante.