La Policía Nacional de Eivissa ha detenido a una joven de 24 años por simular su propio secuestro y afirmar que unos hombres la mantenían retenida en un piso sin comida.
Según han relatado fuentes policiales, el pasado 25 de marzo se recibió en Comisaría un aviso del 112, informando sobre la llamada de una mujer francesa, que aseguró haber sido secuestrada por dos senegaleses.
La víctima explicó que en Francia había contactado con una persona de origen africano, quien le ofreció trabajo en Eivissaa como limpiadora. Tras viajar a la isla, según su versión, los hombres que la recogieron la encerraron en la habitación de un apartamento, donde sólo le daban agua. La mujer, incluso, explicó que la vivienda se encontraba en una séptima planta y que en las inmediaciones había un edificio en obras, una cabina telefónica, un edificio con piscina y una tienda de comestibles.
Desde el 112 informaron que, mientras hablaban con la mujer, la llamada se cortó y ya no pudieron contactar más con ella. Tras varias investigaciones, la Policía Nacional averiguó que el teléfono pertenecía a una mujer de origen francés de 24 años, quien, unas semanas antes, había sido detenida en la isla por un delito de daños y falta de lesiones.
Los agentes contactaron con una amiga de la farsante, que confirmó que la joven estaba viviendo con una familia de origen senegalés en la zona de Platja d'en Bossa. También confirmó que tenía un nuevo número de teléfono y que le había comentado su intención de volver a Francia.
Tras contactar con la «secuestrada», la joven dijo a la Policía que se encontraba en Londres y que no sabía nada de ningún secuestro.
Los agentes continuaron investigando y pudieron localizar en Platja d'en Bossa el edificio que se correspondía con los datos aportados por la denunciante en su primera llamada. Una vez allí, en el apartamento situado en la séptima planta, encontraron a la detenida, acompañada de un varón, sin que se apreciara ningún signo o evidencia de que la joven estaba retenida contra su voluntad.
Al ser preguntada sobre los motivos de su llamada y sus falsas explicaciones, la mujer se limitó a decir que, al principio, tuvo miedo de las personas que la habían acogido en el piso.
Tras comprobar que nadie había coartado su libertad y puesto que los hechos constituían una simulación de delito, se procedió a su detención y puesta a disposición judicial.