La juez Clara Ramírez de Arellano, en sustitución de la juez titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, dejó ayer visto para sentencia el caso de dos jóvenes de nacionalidad colombiana residentes en la Isla que están acusados por un delito de amenazas cometido presuntamente sobre otro grupo de jóvenes, estos de nacionalidad ecuatoriana.
El pasado 29 de octubre, ya de noche, uno de los acusados, F.J.C.M., de 26 años, disparó varios tiros al aire con un revólver de fogueo en el bulevard Abel Matutes y en la plaza de sa Colomina con el presunto fin de amedrentar a los ecuatorianos. El joven reconoce que realizó los disparos al aire, pero niega que lo hiciera tras amenazar a los ecuatorianos, sino que, según su versión, lo hizo para «ensayar» el revólver, es decir, para comprobar si funcionaba correctamente, ya que su intención era llevarse el arma a su país y quería saber si estaba en buen estado.
El otro acusado, D.A.L.E., de 22 años, también negó haber amenazado a los ecuatorianos. Estos, sin embargo, aseguran que los colombianos les dijeron «os vais a cagar, pirobos [algo así como niños de papá en argot colombiano]» y justo después soltó los disparos al aire, lo que causó terror en los ecuatorianos. Después, ambos grupos se toparon de nuevo en la plaza de sa Colomina, donde, presuntamente, F.J.C.M. habría realizado más disparos al aire con el revolver simulado. Con miedo, según su testimonio, uno de los ecuatorianos se cruzó con un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, a quien dio el alto y comunicó a los agentes el asunto de los disparos.
Ya en sa Colomina, un agente vio a F.J.C.M. con el revólver en la mano. Cuando el colombiano se percató de la presencia del agente, echó a correr y durante la carrera se deshizo del arma simulada, que fue encontrada al día siguiente por un funcionario de Correos ente unos setos. El agente le dio alcance ya en el barrio de ses Figueretes y lo detuvo.
Uno de los agentes que declaró ayer en el juicio explicó que los enfrentamientos entre colombianos y ecuatorianos son una constante, «siempre están de pelea», dijo, algo que unos y otros corroboraron en sus testimonios.
El aprecio a la vida
Los agentes que declararon también señalaron que la detención de F.J.C.M. fue un trabajo tenso, ya que en un principio pensaban que podía tratarse de un arma real. Además, según declaró, este revólver puede reconvertirse en un arma auténtica.
A todo esto, añadió el testigo, hay que sumar el hecho de que en Comisaría «existe una preocupación por el aumento de las bandas latinas en Eivissa». El agente, en su testimonio, también destacó el hecho de que el aprecio hacia la vida que existe en Colombia no es el mismo que en España.
El ministerio público pide para cada uno de los acusados una pena de un año de cárcel por un delito de amenazas.