Los padres del niño británico que fue sacado el jueves de un hospital de Southampton donde estaba ingresado por un tumor cerebral se trasladaron a Málaga para vender un piso de su propiedad y poder pagar a su hijo un tratamiento alternativo a la quimioterapia en los Estados Unidos o la República Checa.
Así lo ha explicado este lunes a los periodistas el abogado Juan Isidro Fernández Díaz tras asistir al matrimonio en su declaración con el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, ante el que han sido conducidos esta mañana tras haber sido detenidos el sábado en un hostal de Vélez Málaga.
«En ningún momento ha corrido riesgo la vida del niño», ha destacado el abogado al indicar que el padre «sabe controlar la máquina que le alimenta perfectamente».
De hecho, ha insistido, el niño ingresó en perfecto estado de salud en el hospital de Málaga cuando fueron detenidos sus padres y ahora su hermano Daniel de 23 años está con él.
Tras declarar ante el juez y negarse a ser entregados al Reino Unido, el matrimonio ha quedado en situación de detención judicial por un plazo máximo de 72 horas -periodo que pasarán en la prisión madrileña de Soto del Real-, y el abogado se ha mostrado confiado en que Moreno les dejará en libertad «mañana o pasado mañana» cuando recabe toda la información requerida al hospital de Málaga en el que está ingresado el pequeño Ashya King.
Una vez en libertad, «los padres tendrán completa libertad para llevar a su hijo a otro hospital, que es lo que están buscando», ha insistido el abogado, al añadir que para nada «tiene nada que ver la cuestión religiosa -son testigo de Jehová- sino que lo que tiene que ver es el amor que le han profesado y para eso le han traído a España».
«Estos padres quieren a sus hijos. Son padres de otros seis hijos, los quieren profundamente y todo lo que se ha hecho es manipular la información y faltar a la verdad», ha lamentado.
Según ha explicado Fernández Díaz, los padres han tratado de demostrar al juez que el niño ha sido ya operado en Inglaterra de un tumor cerebral y no había otras posibilidades más que el tratamiento de radioterapia y quimioterapia con el que los padres no estaban de acuerdo y querían otra opción que es posible en la República Checa y también en los Estados Unidos en los hospitales de Houston.
Respecto a cómo se encuentra la pareja, el letrado ha señalado que el matrimonio está desesperado por la situación y por cómo se ha manchado su reputación, por lo que tienen previsto interponer una querella contra el hospital británico del que sacaron a su hijo por denuncia falsa y calumnias.