Los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla que practicaron la autopsia a los dos bebés hallados en sendos congeladores de una vivienda de la localidad de Pilas en noviembre de 2012 han ratificado este jueves que ambos nacieron vivos, «a término» -tras una evolución de la gestación de 40 semanas-, y fallecieron por asfixia mecánica por sumersión, es decir, por ahogamiento.
Durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial contra la madre de los bebés, Sara L.H., para quien la Fiscalía solicita 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato, los forenses han detallado que los bebés, ambos varones, «eran un calco uno del otro», pues nacieron vivos y tras una gestación de 40 semanas, respiraron fuera «del claustro materno» y fallecieron por asfixia mecánica.
En ambos casos, y al encontrarse congelados, los médicos forenses tuvieron que esperar dos días para poder practicar la autopsia, han indicado durante su comparecencia, precisando que el bebé hallado el 9 de noviembre en el congelador de esta vivienda por el exmarido de la acusada nació vivo y respiró fuera del «claustro materno», ya que los pulmones tenían un color «rosáceo», estaban expandidos y cubrían toda la cavidad torácica.
Asimismo, han detallado que el bebé tenía el estómago «dilatado» y presentaba «un contenido acuoso, con origen en la deglución», todo lo cual ha llevado a los forenses a confirmar que la muerte «fue violenta, homicida y por sumersión con el 99 por ciento de posibilidades», a lo que se suma además, según han recordado, que la acusada declaró que dio a luz en la bañera y que esta contenía agua.
El segundo bebé no presentaba agua en el estómago
Respecto al segundo bebé, hallado también por el exmarido de la imputada en un arcón congelador de la vivienda, los forenses han asegurado que «el único dato que cambia» respecto al primer recién nacido es que en éste «no se encuentra líquido» en el estómago, tratándose «de la única diferencia» entre ambos, pues en el resto «son exactamente iguales».
De este modo, el segundo bebé hallado congelado nació «a término» y con vida, respiró fuera «del claustro materno» y su muerte se produjo por asfixia mecánica. «No podemos ponerle el apellido -en cuanto a si fue por sumersión-, pero teniendo en cuenta todos los antecedentes, se trató de una muerte violenta por asfixia mecánica muy probablemente debido a sumersión», han detallado.
Las conclusiones expuestas por los médicos forenses contradicen la declaración realizada por la acusada en la jornada de este miércoles, pues aseguró que uno de los bebés nació muerto y señaló que no recuerda haber estado embarazada ni el parto del segundo de los recién nacidos.
Declaran familiares de la pareja
Durante la segunda jornada del juicio, han declarado también distintos expertos del Instituto Nacional de Toxicología que han confirmado que los pulmones «tenían signos claros de que se había producido una respiración extrauterina y de que, por tanto, habían nacido vivos», a lo que se suma que los pulmones «estaban expandidos; cuando un niño nace muerto, no están expandidos».
Asimismo, otros expertos del Instituto de Toxicología han confirmado que los dos bebés eran de la acusada «con una probabilidad superior a 4.400 millones de la paternidad respecto a la no paternidad».
Los miembros del jurado también han escuchado este jueves los testimonios de varios familiares tanto de la acusada como de su exmarido, entre ellos el de la hija mayor de la pareja, que ha comparecido a puerta cerrada al tratarse de una menor de edad, y de la madre de Sara, que se ha acogido a su derecho a no declarar.