Ayer se produjo el juicio oral contra José Luis Lirón y Balbino Julián, dos funcionarios de prisiones de Eivissa. Están acusados de sendos delitos contra la integridad moral y prevaricación, así como de coacciones e inducción a denuncia falsa. Se les juzga por unos hechos supuestamente ocurridos en mayo de 2009 cuando José Luis Lirón era jefe de servicio de la Prisión de Eivissa y Balbino Julián educador social del mismo centro penitenciario.
Las acusaciones popular y particular piden para ambos funcionarios una pena de dos años de prisión y 12 de inhabilitación. Además de multas de 7.200 euros por el delito de coacciones; y de 1.800 euros más por otro delito de acusación y denuncia falsa. Además, el letrado de la defensa de la reclusa pide que los funcionarios de prisiones indemnicen de forma solidaria con 6.000 euros a la mujer, por el daño moral sufrido. La Fiscalía, por su parte, pide la absolución de los acusados.
A Lirón se le acusa de haber acosado sexualmente a la interna Amalia Rodríguez. Según la acusación, el 19 de mayo de 2009 Lirón abordó a la reclusa cuando se disponía a llamar a su marido por teléfono y empezó a decirle palabras malsonantes y de carácter sexual tipo «qué tetas más bonitas tienes» o «me han dicho que las gitanas follan muy bien» y que le pidió un bis a bis bajo la amenaza de «meter a mi marido más adentro -de prisión- de lo que estaba», según manifestó la propia interna. Unas declaraciones que Lirón negó en todo momento. Según la acusación, tras estos hechos Amalia Rodríguez acudió a una funcionaria de prisión en estado muy alterado y le explicó lo sucedido. La funcionaria dejó nota y al día siguiente el jefe de servicio, Jesús Zapata, redactó un informe que elevó a la dirección del centro. La interna interpuso más tarde una denuncia pero la acabó retirando.
Por su parte, el educador social de la prisión Balbino Julián está acusado de presionar a la interna Amalia Rodríguez para que retirara la denuncia interpuesta contra José Luis Lirón y para que interpusiera otra contra otros funcionarios, entre ellos tres jefes de servicio, a cambio del tercer grado. Según varios testimonios, Balbino amenazó y persiguió a Amalia para que sacara la denuncia. Una versión que confirmó una funcionaria de prisión que estaba en un baño cuando, según su testimonio, escuchó a Balbino que le decía a Amalia que retirase la denuncia o sino «lo iba a pasar mal ella y su familia».
Este supuesto caso de acoso y coacciones se enmarca dentro de un conflicto laboral entre dos grupos de funcionarios penitenciarios. De hecho, ayer también declaró el Jefe de Área de la Inspección Penitenciaria, J. M. Pérez Peña, que acudió en aquella época al centro para mediar en el conflicto laboral y al enterarse de lo sucedido indagó en los hechos pero "no había nada", dijo ayer ante el juez.
Esta mañana se reanuda el juicio con las conclusiones del proceso que quedará visto para sentencia.