Cinco bomberos, un cabo y cuatro agentes, y un camión Bomba Urbana Pesada, se desplazaron ayer al mediodía ante el aviso de un incendio en un edificio de viviendas del número 1 de la calle Vesta de Sant Jordi.
Finalmente todo quedó en un susto, aunque la desgracia pudo ser mayor. Según los bomberos el incidente tuvo su origen en una olla que no había sido bien apagada en la cocina de una casa del segundo piso. Al parecer, la temperatura del caldo fue aumentando tanto que acabó por afectar a la campana de extracción provocando un intenso humo tanto en la vivienda como en los espacios comunes del edificio. Por suerte, los bomberos pudieron entrar por una ventana usando una escalera extensible, apagar la olla y ventilar el piso sin que las llamas se propagaran.
Cuadro eléctrico
Por otro lado, los bomberos también tuvieron que intervenir en un incendio provocado en un cuadro eléctrico en una vivienda unifamiliar de la calle Lavanda de Cala Llonga. Afortunadamente el fuego pudo ser parado a tiempo y no afectó a la vivienda.