La mayoría de supervivientes del accidente de autobús en el que viajaban 56 estudiantes extranjeros y en el que perdieron la vida 13 jóvenes llevaba puesto el cinturón de seguridad con el que estaba dotado el vehículo en todos sus asientos.
Así lo ha asegurado la directora general de Tráfico, María Seguí, que ha indicado que, si bien desconoce el número de víctimas mortales que usaban el cinturón, todo indica que algunas de las trece chicas fallecidas no lo llevaban puesto, ya que salieron despedidas del autobús tras el impacto.
Por este motivo, Seguí ha insistido en la «importancia» de emplear «siempre, en todo momento y en todos los vehículos» este elemento de seguridad que, como el casco o las sillitas de los niños, «salva vidas».
Respecto a las causas de este trágico accidente, el más grave hasta el momento de los diez ocurridos en lo que va de Semana Santa, la máxima responsable de Tráfico ha preferido no concretar ninguna hipótesis, pues la investigación del siniestro está abierta y son los Mossos d'Esquadra los encargados de la misma.
No obstante, Seguí, que acudió este domingo con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al centro de atención a la víctimas en Tortosa (Tarragona), ha explicado que la DGT está en permanente contacto con las autoridades catalanas, pues «independientemente de a quién corresponda la gestión y vigilancia de una carretera», Tráfico documenta todos los siniestros en su sistema.
En el autobús viajaban 56 estudiantes de diversas nacionalidades del programa de intercambio universitario Erasmus, que regresaban de las Fallas de València, cuando en el km 333 de la AP-7 el autobús chocó contra un vehículo.
Como consecuencia de la colisión, fallecieron trece jóvenes (siete de nacionalidad italiana, dos alemanas, una rumana, una francesa, una austríaca y una uzbeca) y otras 29 personas resultaron heridas de diversa consideración, 23 de las cuales siguen hospitalizadas, además del conductor de 62 años.
Seguí ha querido aclarar también que ni Tráfico ni el Ministerio de Fomento tienen este tramo de la AP-7 entre sus puntos negros o de concentración de accidentes, es más, se trata de una autopista considerada de «alta capacidad» en las que no se registran accidentes mortales desde 2010.
Y con la mirada puesta en el dispositivo de Semana Santa -la primera fase ha dejado 22 fallecidos-, la directora de Tráfico insiste en «extremar la precaución» en un momento en que la movilidad es muy elevada, con 14,5 millones de viajes en tan solo once días.
De hecho, en lo que llevamos de año los desplazamientos han aumentado un 7 por ciento con respecto al mismo periodo de 2015, lo que eleva lógicamente, ha dicho Seguí, el riesgo «inherente» de sufrir un accidente.
Por este motivo, la directora ha vuelto a poner el foco en «tolerancia cero» con el alcohol o las drogas al volante, con el uso de todos los elementos de seguridad de los vehículos y con el buen estado de los mismos.
«No hay que confundir seguridad con lujo», ha reiterado Seguí para quien estos días «no son de fiesta en Tráfico». «Estamos ahí para ayudar. Lo más importante es volver de vacaciones».