La dueña de Shippo decidió que su perro le molestaba e intentó envenenarlo con antidepresivos. Tras suministrarle una gran cantidad de estos psicofármacos, la vecina de Burjassot (Valencia) se arrepintió y llevó al perro al veterinario.
Una vez allí confesó su delito. Afortunadamente, Shippo fue trasladado a un hospital veterinario donde se recuperó de la intoxicación. Ahora, la Sociedad Protectora de Burjassot le busca una familia de acogida.
«En lo poco que lleva con nosotros, este abuelete ha demostrado ser un perro genial. Es muy cariñoso, inquieto y le encanta pasear», señala la protectora en su perfil de Facebook.
La dueña de Shippo ha sido acusada de un delito de maltrato animal y deberá declarar en el juzgado por los hechos.