Un tribunal antiterrorista de la ciudad paquistaní de Lahore ha condenado este lunes a pena de muerte a Parveen Bibi, una mujer que quemó viva a su hija en junio de 2016 después de que se hubiera fugado para casarse con un hombre en un juzgado.
La joven Zeenat Rafiq Bibi se fugó con Hasán Jan para casarse con él ante un juzgado y, posteriormente, aceptó volver con su familia para casarse de forma tradicional, después de que los familiares le garantizaran que no sufriría represalias.
Sin embargo, tras regresar con su familia, su hermano le pegó una paliza y su madre le echó queroseno y la quemó viva, acabando con su vida. Cuando llegaron los servicios de emergencia, los bomberos encontraron el cuerpo de la joven, que no fue reclamado por su familia y acabó siendo enterrado por su marido y su familia política.
Un tribunal antiterrorista de Lahore ha condenado a su madre a la pena capital y a su hermano Anees Bibi a cadena perpetua por haberle propinado una paliza antes de que la madre le quemara con la ayuda de su hijo y de su yerno. La madre ha admitido los hechos y ha asegurado que la mató porque «trajo la vergüenza a la familia». El cuñado de Zeenat ha sido absuelto.