Una llamada de un vecino alertó a la Policía Local de Lloret de Mar (Girona) que un perro no paraba de gemir y llorar desde hacía más de un día.
A su llegada, los agentes de esta localidad de la Costa Brava comprobaron rápidamente que el animal no lo estaba pasando nada bien: el can había metido la cabeza entre los barrotes de un balcón y había quedado atrapado.
Con la ayuda de los bomberos, lograron ascender hasta el balcón y rescatarlo. Según publican los servicios informativos autonómicos del 324, en la casa no había nadie, a pesar de que aparentemente está ocupada.
Por eso, se llevaron al perro y ahora buscan al propietario, al que podrían multar por abandono.