La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a internamiento durante doce años en un establecimiento adecuado para tratamiento psiquiátrico a Alicia R.R. por matar en 2014 a su hijo de dos años y cuatro meses asestándole 67 puñaladas y estrangulándole en su domicilio en la madrileña calle de Rutilo.
Así lo acuerda en una sentencia después de que los nueve miembros del jurado la consideraran por unanimidad responsable de un delito de asesinato.
La resolución aplica en este caso a la condenada la circunstancia agravante de parentesco y la eximente incompleta de enajenación mental por lo que aunque la pena correspondiente sería de doce años de prisión, tal como solicitó la Fiscalía se le impone la medida de seguridad de internamiento en establecimiento adecuado para su tratamiento psiquiátrico por el mismo tiempo.
Añade que a la vista de los informes médicos podría sustituirse posteriormente el internamiento por libertad vigilada con sumisión a tratamiento psiquiátrico externo.
El jurado declaró probado en su veredicto que el 5 de septiembre de 2014 Alicia R.R. se encontraba en su domicilio con su hijo al que ató los pies con una cuerda, le rodeó la cabeza y el cuello con una cinta de embalar y le asestó 67 puñaladas en el abdomen y en la ingle.
Añade que después, con el mismo ánimo de matarle, le rodeó el cuello con un cordón y con un cable del cargador de un teléfono móvil y apretó.
Según relata la sentencia los hechos ocurrieron entre las doce del mediodía y las dos de la tarde de dicho día en el domicilio en el que la condenada residía con su marido y su hijo.
Agrega que en el momento de los hechos Alicia R.R. tenía gravemente afectadas sus facultades intelectivas y volitivas a causa de un trastorno psicótico.
La sentencia explica que para su veredicto el jurado ha tenido en cuenta las pruebas practicadas en el juicio como la declaración de la propia acusada, que reconoció que mató a su hijo y se declaró culpable «pidiendo perdón a su familia y a la de su marido, lo que hizo que las partes renunciaran a la práctica de parte de la prueba que había sido propuesta y admitida».
Asimismo la declaración de un policía municipal, que declaró en la vista que «fue el primero que entró en el domicilio y que encontró a la acusada inconsciente en la bañera y después al menor fallecido, al que confundió en principio con un muñeco y que estaba atado con cinta adhesiva en el cuello y en la boca y con cordones en los pies».
Además dos psiquiatras confirmaron la enfermedad mental de la condenada que tuvo un primer episodio de esquizofrenia, luego fue diagnosticada de trastorno bipolar y había sufrido dos episodios de gravedad por los que había seguido tratamiento que abandonó cuando quiso quedarse embarazada.