«Las llamas eran enormes y el fuego se ha extendido a gran velocidad por el viento que soplaba. Ha sido un gran sobresalto porque el fuego avanzaba muy rápido y las lenguas de fuego estaban muy cerca de algunas casas». Así relataba José Daniel González los momentos de nerviosismo y angustia que vivieron ayer centenares de personas que a primera hora de la tarde se encontraban en el Port des Torrent.
La alerta por las presencia de las primeras llamas saltaba en torno a las 15 horas. El fuego cogía cuerpo en un núcleo de masa boscosa localizado a escasos 10 metros de la playa, en las antiguas instalaciones del Recó des Pins, punto donde se habría localizado el origen del fuego. Casi seis horas después, a las 21 horas, el Ibanat daba por controlado el incendio, tras devorar más de tres hectáreas y media de pinos, sabinas y matorral.
El torrente fue un canal perfecto para la propagación de las llamas que eran alimentadas por el viento y las altas temperaturas. «La verdad es que la gente tenía mucho miedo porque las llamas se han quedado a las puertas de algunos inmuebles y a muy pocos metros del solar donde habían decenas de coches aparcados», señalaba José Daniel a las puertas de su apartamento. A poco más de diez metros, un decena de trabajadores del restaurante es Virot disponían una cadena humana para refrescar con cubos de agua el perímetro del establecimiento. Otros lo hacían con la ayuda de mangueras.
Los momentos de más tensión se vivieron entre las 15.30 y las 16.30 horas, cuando las llamas llegaron a superar los cinco metros de altura y la gente se sobresaltaba con una cadena de pequeñas explosiones motivadas por los enseres abandonados en el interior del desmantelado y ‘okupado' Recó des Pins.
Desalojos y nervios
La zona cero del incendio se convirtió en cuestión de minutos en una especie de avispero con las continuas pasadas y descargas de las avionetas del Ibanat. Paralelamente, los helicópteros descargaban sobre otros puntos calientes. En tierra, los bomberos y los efectivos del Ibanat se adentraban en el torrente tirando metros y metros de manguera para atacar las llamas y controlar su avance.
La gran cantidad de humo y el avance de las llamas obligó a activar el Nivel 1 de emergencia. Entre 60 y 70 vecinos de los apartamentos de la zona fueron desalojados. Medida preventiva que minutos antes ya había supuesto la marcha de decenas de turistas que se encontraban comiendo en los establecimientos localizados a pie de playa del Port des Torrent.
«Estábamos en la terraza y observamos la enorme columna de humo. Dije: en media hora tenemos el fuego encima y me equivoqué, las llamas ya las teníamos al lado», señaló Mathieu, del restaurante Zero Beach. «Habían avisado a emergencias pero como no llegaba nadie empezamos a hacer cadenas con cubos de agua. Ha sido un desastre porque acabamos de abrir y cosas como estas frenan a los turistas», lamentó Mathieu. Lamentos y nervios también entre los trabajadores del restaurante es Virot. La zona se quedó sin suministro eléctrico. La tensión también se trasladó durante cerca de una hora a un punto localizado a unos 200 metros del primer foco, pero la intervención de los medios aéreos controló rápidamente las llamas.
El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, señaló que todo apunta a que el fuego se originó en la zona del torrente cercana a la playa y que se extendió hasta casi alcanzar la avenida de Sant Agustí, cortada al tráfico temporalmente en una tarde infernal.