La Casita Verde (Green Heart Ibiza) trasladó ayer toda su infraestructura a la finca de Can Pere Mosson en Sant Llorenç, en el municipio de Sant Joan de Labritja, con el objetivo de ofrecer una jornada de concienciación y respeto por el medio ambiente. El fundador de Casita Verde, Chris Dews, explicó que la intención es «concienciar a la ciudadanía sobre un futuro sostenible para nuestra isla, tenemos un montón de recursos naturales que no estamos aprovechando: el sol, el bosque y el agua que está muy mal gestionada», aseguró.
Dews se mostró muy molesto con la gestión medio ambiental de las autoridades de la isla, «por ejemplo, aquí hay contenedores de puntos de recogida selectiva y, sin embargo, no hay información sobre qué hay que tirar en cada uno de ellos, y esto falta aquí y en otros puntos de la isla», lamentó. El fundador de Casita Verde apuntó que en Eivissa sólo se recicla un 12%, un hecho que calificó de «patético» ya que «en Suecia llegan a un 99% de reciclaje mientras que nosotros llegamos sólo a un 12, con toda la inteligencia que tenemos y parecemos tercermundistas», lamentó.
En la jornada de ayer se hicieron varias charlas, una de las cuales sobre la gestión integral de los recursos de Es Amunts «porque la mitad de la isla es biomasa y no aprovechamos nada. Estamos importando miles de toneladas de petróleo para obtener energía, y tenemos sol más de 300 días al año, en Casita Verde funcionamos sólo con energía solar», señaló Dews. Por todo ello, reclamó un cambio en las próximas elecciones, momento en el que espera que haya un giro en las políticas medioambientales, con ideas nuevas.
Casita Verde eligió la finca de Can Pere Mosson porque «hay aparcamiento, hay aseos y estamos en medio del bosque», manifestó Dews, que explicó que trajeron su propia fuente de energía con una placa solar con baterías «que nos da electricidad para ocho horas, lo fabricamos esta última semana en Casita Verde». Un proyecto que han conseguido gracias a los cinco estudiantes que ahora tienen alojados en las estancias de la ONG y en la que desarrollan diferentes proyectos «como una guía de Eivissa, un proyecto de energía solar o un listado de productos autóctonos locales», aclaró. Tras las charlas, un grupo de voluntarios se dedicó a limpiar la zona y clasificarla en los puntos de recogida selectiva.