«Molts anys i bons, Joan». Esta fue la frase más repetida ayer en la localidad de Sant Joan de Labritja durante la celebración del día grande de la localidad.
Cientos de felicitaciones que compartieron protagonismo con los comentarios de muchos asistentes que se sorprendieron al ver como ningún político presente en Sant Joan llevaba corbata. Ni Vicent Serra, president del Consell d'Eivissa en funciones, ni los alcaldes Pep Tur ‘Cires' de Sant Antoni, Josep Marí Ribas ‘Agustinet' de Sant Josep, ni Vicent Marí de Santa Eulària, y ni Antoni Marí ‘Carraca', que hacía de anfitrión, la llevaban. Cosas del calor, del verano o del cambio.
Más allá de los chascarrillos, la mañana discurrió como todos los días grandes de las localidades de Eivissa. La misa comenzó sobre las 12.00 horas en un abarrotado templo y en esta ocasión sin la presencia del obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, le siguió la procesión por las calles y finalizó con la demostración de ball pagès y el reparto de bunyols y vi pagès para todos los asistentes a la plaza de la localidad.
Esto último fue muy bien recibido porque llegó a la hora en la que los estómagos empiezan a rugir. Tal vez por ello, volaron con más velocidad de la normal, sobre todo entre algunos turistas que jamás pensaron que en Eivissa tuvieramos estos manjares, estos bailes e, incluso, santos.