Berni Martínez abrió hace 38 años un puesto de repostería, salazones y encurtidos en el Mercat Nou de Eivissa sin sospechar que, poco a poco, empezaría a llenar su escaparate con pomelos, jenjibre y flores de hibiscus deshidratados.
«Empezamos con los arándanos y las frutas del bosque, pero poco a poco han ganado terreno frutos cada vez más exóticos», apunta la comerciante de origen granadino. Asimismo, señala que el éxito de estos alimentos es creciente: «Sobre todo de dos años a esta parte». Tanto es así, que, incluso, ha tenido que reducir el espacio que antes dedicaba a la repostería –que mantiene, pero relegado– para dárselo a los frutos deshidratados.
Y es que, según Martínez, cada vez más personas incorporan estos alimentos en su dieta habitual: «Mucha gente lo utiliza en las ensaladas, como aperitivo o para picar a cualquier hora», indica.
«Además, resulta muy sano, pues mantiene todo el aporte nutritivo y no contiene azúcar ni grasas añadidas, solo las que ya contiene el propio fruto», apunta la comerciante.Sin embargo, admite alguna excepción, como la del jenjibre deshidratado, disponible con azúcar añadido y sin él. «Siempre lo aviso, ya que tiene un gusto muy particular y según el cliente lo prefiere natural o endulzado».
En cuanto a los precios, oscilan entre los 9 y los 18 euros por kilogramo. Como orientación, vale decir que los más exóticos y los de mayor demanda resultan también los más caros. Así, las flores de hibiscus, las cerezas y las fresas deshidratadas cuestan 18 euros/kilo. El jenjibre y los arándanos, se sitúan en una zona intermedia, con un importe de 12 y 14 euros/kilo. Melón, piña, pomelo o aloe vera deshidratados son otras variedades que también llaman la atención.
Por otro lado, Berni Martínez destaca el buen funcionamiento de otros lineales más tradicionales, como los higos secos, las uvas pasas, los dátiles o los orejones, junto con los frutos secos: «Tienen una clientela fija que se mantiene, algo que también pasa con los encurtidos, pero no tanto con los salazones». Y es que, en su puesto, también se puede encontrar desde bacalao salado hasta peix sec de Formentera. «Las salazones han ido a menos, creo que es algo que gusta más fuera de la isla que aquí», opina la granadina afincada en Eivissa.