Las escuelas de verano son guays porque hacemos muchos juegos y muchas excursiones. Yo me he apuntado con mi primo Sergi por primera vez este año y estamos muy contentos», aseguraba ayer Eloy Valero de 10 años en la escuela de verano sa Bodega. El fútbol, las fiestas de agua, las salidas a la playa o a la piscina, pero también los juegos o las manualidades, son de las actividades preferidas por los pequeños. «Por las mañanas llegamos, nos ponemos a jugar y hacemos de todo, no paramos. La otra opción es estar en casa con algún familiar mientras los papás trabajan y yo prefiero estar aquí», decía Macarena Izquierdo.
De este modo el Ayuntamiento de Eivissa ha ofertado un total de 380 plazas, un total muy superior al del año pasado «porque hay más demanda», explicó la técnico de Juventud del Ayuntamiente de Eivissa Belén Cardona quien añadió que en estos espacios se trabaja «muy específicamente con habilidades sociales. Las actividades están enfocadas a potenciar la autoestima, la comunicación, que no afecte la presión de grupo o la empatía».