Sumergida en la gira de su álbum Diez años y un día, los barceloneses Dorian llegarán a Eivissa el próximo jueves, casi directos desde el Festival Internacional de Benicàssim, de la mano del ciclo de conciertos Dorado Live Shows. Otro jueves de música en acústico en el nuevo Hotel Santos Dorado de Platja d'en Bossa.
—Tras diez años de carrera, ¿es la primera vez que van a actuar en la isla?
—Es la primera vez que vamos a actuar en Eivissa y tenemos muchas ganas. Tenemos un público muy majo en la isla que nos escribe para reclamar nuestra presencia desde hace un tiempo. Así que tenemos muchas ganas.
—¿Cómo vive Dorian este tipo de conciertos en acústico?
—Los conciertos de Dorian suelen ser muy intensos y enérgicos. Suelen tener una mezcla de música electrónica, pop, rock y new wave. En el caso del concierto del próximo jueves será muy distinto, más íntimo. Tocaremos en un formato acústico en el que desnudaremos las canciones de Dorian reduciéndolas y deconstruyéndolas hasta llevarlas a su formato original, pues todas las canciones de este grupo, incluso las más electrónicas, se pueden tocar con una guitarra acústica y un piano y quedan muy bonitas.
Estos conciertos también tienen la ventaja de tener al público muy encima. Se siente una energía muy cercana. Cantan con nosotros las canciones, como cuando empezamos. Se generan momentos muy bonitos.
—¿Qué destacaría de estos diez años de música?
—Tenemos la suerte de poder vivir de la música haciendo la música que queremos hacer. Jamás hemos tenido ni querido claudicar ante las leyes del mercado del entretenimiento. Tenemos una cosa muy bonita que es que hemos hecho una carrera muy honesta. Nuestro trabajo ha tenido una recompensa y estamos muy orgullosos de ello. En definitiva se trata de hacer tu propio camino en la vida y de hacer las cosas lo más honestamente posible.
—¿Qué ha cambiado en estos diez años?
—La escena independiente española e hispanoamericana hace diez años era muy precaria. Todo era muy amateur, estaba por hacer. A los grupos nacionales, los grandes festivales, no les daban oportunidades para darse a conocer y en estos diez años ha cambiado todo radicalmente. En estos momentos la escena musical española es muy potente, posiblemente a nivel de generación de bandas la más completa desde la movida madrileña y el circuito se ha profesionalizado mucho porque tenemos muchos festivales de gran calidad y tamaño, también en Latinoamérica. Estamos muy contentos de eso.
—¿Echa algo de menos de los inicios?
—Esa cierta ingenuidad con la que uno afronta la carrera musical al principio. Eres como una especie de kamikaze que vas como un loco porque tienes esa hambre ciega por la vida. Esa energía intentamos seguir manteniéndola como si fuera una llama, aunque no es fácil.
—¿Qué es lo que más le gusta del momento actual de la banda?
—Que desde hace un par de discos tenemos muy claro a qué queremos sonar cuando nos enfrentamos a la grabación de una canción o de un disco. Cuando empiezas estás más inseguro, no sabes tanto ni de producción ni de sonido. Ahora estamos muy serenos y con las ideas muy claras. Por otra parte, probablemente estemos realizando los mejores conciertos de nuestra carrera.