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¡Tenemos que operar a mi gato!

¡Tenemos que operar a mi gato!

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La cirugía es todavía en muchas ocasiones la única forma de curar una enfermedad o solucionar un problema. También hay casos en los cuales la cirugía es una opción de tratamiento y puede buscarse otra alternativa como la endoscopia o algún tratamiento médico. Por último, hay casos en los cuales la cirugía puede tener un fin preventivo y una determinada intervención en un momento concreto, puede ser la mejor herramienta para evitar problemas mayores en el futuro.

Pese a que la cirugía ofrece estas ventajas y sigue salvando una enorme cantidad de vidas a diario, es una opción que provoca siempre cierto temor y rechazo.

¿ Por qué el temor o el rechazo ?

• La cirugía produce cierto miedo por la ANESTESIA; toda anestesia general supone siempre un cierto RIESGO para el paciente.

Los Centros veterinarios actuales cuentan con los equipos más modernos y adaptados a los animales de compañía, utilizamos los anestésicos más modernos y ofrecen los últimos avances en técnicas de monitorización, control y mantenimiento anestésico. Hace 15 0 20 años los métodos de monitorización y las drogas anestésicas que se utilizaban eran muy limitadas y realmente existía un porcentaje relativamente alto de complicaciones anestésicas/operatorias/perioperatorias.

Pese a todo, sigue existiendo un cierto riesgo asociado a toda anestesia general. Debemos considerar siempre la relación entre BENEFICIO de la intervención y RIESGO de la anestesia o de la propia cirugía. Si es cierto que siempre existe un riesgo, controlado, es todavía más cierto que cuando se plantea una intervención quirúrgica es porque existe un BENEFICIO que compensa siempre el riesgo asociado. Actualmente existe un riesgo de padecer un accidente durante la cirugía de un 0,01 % del total de las cirugías siendo mayor en determinadas razas, a determinadas edades y según la cirugía que se vaya a realizar.

El riesgo en la anestesia existe, pero es más pequeño que los beneficios de la intervención quirúrgica y se puede controlar en gran medida.

Para controlar y reducir el riesgo, realizamos una serie de pruebas prequirúrgicas; dependiendo de cada caso podemos realizar análisis de sangre, análisis de orina, radiografías, electrocardiogramas, pruebas de coagulación o algunas otras pruebas diagnósticas. Aunque no sean una garantía absoluta de seguridad, nos permiten escoger el momento más adecuado para la intervención, preparar al paciente para la misma, elegir el método anestésico más seguro y calcular las combinaciones y dosis de anestésicos que resultarán más eficaces y supondrán un menor riesgo.

El rechazo a las intervenciones quirúrgicas se debe a dos factores; por un lado el dolor; todos pensamos que una operación «duele» y queremos evitar esto a nuestros animales de compañía.

Nada más lejos de la realidad; la cirugía puede producir molestias y ciertas incomodidades, pero hoy día no existe ninguna justificación para que realmente «duela». Hay una enorme variedad de medicamentos analgésicos seguros, eficaces y útiles que podemos aplicar a perros, gatos y animales exóticos, para controlar el dolor antes, durante y después de la cirugía. Hoy por hoy esa no es una escusa.

Las intervenciones quirúrgicas bien hechas no tienen porqué doler a ningún paciente.

La otra razón para el rechazo a la cirugía es el post-operatorio y los cuidados que deberán realizarse una vez superada la intervención; es cierto que hay que vigilar a los pacientes, en algunos casos hay que vendar, curar, limpiar o tratar las heridas, a veces hay que proporcionar algunos cuidados de enfermería, de alimentación o de medicación.

Pregúntenos por el post-operatorio, por estos cuidados y la forma de organizar toda la intervención a su mayor comodidad, en muchos casos basta con «estar pendiente» durante un par de días y dar alguna medicación en comprimidos por vía oral, en otros casos los cuidados pueden ser más intensivos y la mejor opción es hospitalizar al paciente durante varias horas o algunos días, hasta estar en condiciones de ser atendido en su casa, por sus propietarios. Juntos buscaremos la forma más cómoda para usted y más adecuada para cada paciente.

En su caso concreto, el estudio prequirúrgico que debemos realizar tendrá las siguientes pruebas:

1. Análisis de sangre

- Hematología: determinar los glóbulos rojos y blancos que tiene el animal y las poblaciones de cada uno.

- Bioquímica básica: Urea, creatinina, ALT, AST, fosfatasa alcalina, glucosa, proteínas totales, albúmina.

- Pruebas de coagulación.

- Serología contra las principales enfermedades infecciosas, FELV;FIV en el caso del gato , Leishmania en el caso del perro

2. Análisis de orina

3. Electrocardiograma, esta prueba suele hacerse el mismo día de la intervención, antes de la premedicación

4. Estudio radiológico

- Tórax, descartar anomalías en el corazón o pulmón

- Abdomen, revisar la localización de los diferentes órganos abdominales

5. Ecografía, permite ver el funcionamiento de los órganos en abdomen y del corazón.

- Abdominal.

- Ecocardiografía.

6. Otras pruebas veterinarias

Se realizaran todas o parte de ellas dependiendo del paciente, su edad, patologías que presente y el tipo de cirugía a realizar, no es lo mismo una esterilización que es una cirugía abdominal, que una limpieza de oídos u higienización de una herida.

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