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Jorge Demerson o la Ibiza a la que no van los turistas

El libro sobre el magistral González Posada, que intentó en el siglo XVIII reformar, sin conseguirlo, la Iglesia ibicenca.

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En el centro de la ciudad de Madrid, muy cerquita de la iglesia de Santa Bárbara, al lado del edificio de la Audiencia Nacional y el del Consejo General del Poder Judicial, se encuentra la calle Marqués de la Ensenada. Allí, en su número 10, podemos encontrar el Centro Cultural de Francia en el que vivió o tuvo su oficina durante las décadas de los sesenta y los setenta del siglo XX el que fuera asesor cultural de la Embajada de Francia en España y gran especialista en la historia de Ibiza, Jorge Demerson de Trabut Cussac, fallecido en su casa-palacio de la localidad francesa de Marmande el día 8 de febrero de 2002.

Hasta hace treinta años, excepción hecha de historiadores como Claudio Sánchez-Albornoz, el palentino Ramón Carande, el gerundense Vicens Vives o el sevillano Antonio Domínguez Ortiz, no había grandes historiadores españoles digamos reconocidos internacionalmente. Eran los hispanistas Jean-Louis Sarrailh, Marcel Bataillon, Pierre Vilar o Fernand Braudel, casi todos franceses, los que se llevaban el gato al agua en materia historiográfica. Uno de ellos fue Georges Demerson, doctor por la Universidad de la Sorbona de París, que con su tesis doctoral en 1962 sobre el ilustrado Juan Meléndez Valdez entró de hoz y coz en esa gavilla de grandes intelectuales ingleses y franceses que estaban muy interesados en estudiar la Historia de España.

Demerson e Ibiza

Nuestro hispanista visitó la isla de Mallorca en el año 1955 y posteriormente años más tarde recalaría en Ibiza, isla cuya magia y etnología le engatusarían como a otros tantos intelectuales que hemos ido e iremos desgranando en PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA.

Sobre la historia de las Pitiusas Demerson escribió algunos artículos y libros, destacando especialmente los estudios que hizo sobre Manuel Abad Lasierra, primer obispo de Ibiza (Estadilla, Huesca 24 de diciembre de 1729, Zaragoza 12 de enero de 1806) y sobre las iglesias ibicencas en un libro que está considerado una verdadera joya y que está prologado nada menos que por otro ilustre visitante de Ibiza, Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya, amigo de otro enamorado de Ibiza, el pintor y diseñador de jardines Javier Winthuysen. Este grande de España era probablemente el español que más sabía de arte en su tiempo y lo teníamos de tanto en tanto dando vueltas por Santa Eulària.

Perderse en las Pitiusas

En la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional se encuentra una carta, más bien un elegante tarjetón, que Jorge Demerson mandó en el año 1975 al paleógrafo, bibliógrafo y bibliófilo Ramón Paz Remolar.

El motivo de esta misiva es que don Ramón, a quien le debemos nada menos que el Inventario de los manuscritos de la Biblioteca Nacional, coleccionaba, por deformación profesional, autógrafos de los intelectuales españoles importantes o extranjeros que tenían su punto de mira cultural en la historia de España. Un día le pidió a Demerson un texto autógrafo suyo para su colección pero, como el francés estaba en Ibiza disfrutando de la tranquilidad y aquí no tenía materiales de su puño y letra éste le envió un texto manuscrito de un artículo que acababa de mandar a un periódico sobre un poeta pagés llamado Miquel Torres Esquerra.

¿Qué Ibiza le interesaba a Demerson?

En este tarjetón que PERIÓDICO DE IBIZA Y FORMENTERA ha localizado en la Biblioteca Nacional y del que en este artículo se da noticia por vez primera, Jorge Demerson le comenta al archivero Ramón Paz «que dio con nosotros en nuestro retiro isleño. Lo estamos pasando muy bien y con mucho calor, frente a la playa». Además, el hispanista añade que «pasamos [Demerson y señora] mucho tiempo en el interior de la Isla, adonde no van los turistas, y donde nosotros convivimos con nuestros amigos payeses».

Dado que el historiador francés sabe que Ramón Paz conoce al dedillo el material manuscrito depositado en la Biblioteca Nacional aprovecha para preguntarle si hay en tan magna institución algún manuscrito de Abad Lasierra. No sabemos lo que le dijo don Ramón Paz pero la respuesta debió ser que sí, porque existen y porque, de hecho, en 1980 Demerson publicaría un importante libro sobre este obispo oscense.

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