El martes pasado en el Chezz Gerdi de Formentera se vivió uno de esos momentos que definen cómo es un proyecto. Y si el Formentera Jazz Festival es música, es fusión, es improvisación, y es magia y mediterráneo , lo que sucedió el domingo por la noche fue un repoker de Formentera Jazz Festival.
Como es tradicional, cada año el festival acaba con una Jam abierta en la que invita a todos los músicos que quieran a participar en una sesión abierta, uniéndose a los músicos del Festival, resultando en una gran Big Band.
En la del domingo participaron Gilbert Trefzger, Regis Molina, Carlos Sarduy, Ermanno Panta, Jorge Pardo, Frank Durand, Shelley Morris, Tomasito, André Walker, Mel Semé, Sol Omar, Harry Rothe, Ekkehard Hoffmann, Suzanna y Maxwell Moya.
Varios días de pura música
La cuarta edición del festival arrancó el jueves en el Blue Bar, por primera vez en su historia frente al mar y con una fusión tanto de sonidos como de artistas como el director del festival, Maxwell Moya, el saxofonista Regis Molina, el guitarrista Erik Doornweerd, el percusionista André Walker o la cantante Ganavya Doraiswamy. Además, en el interior del mítico Blue Bar saltó la sorpresa de ver a Dj Panko en la cabina.
El viernes el festival se trasladó hasta la plaza de Sant Francesc. La jornada comenzó con la maestría a la trompeta de la promesa ibicenca Pere Navarro y su internacional Quartet compuesto por Joe Palmer desde Nueva York, Llorenç Barceló desde Palma de Mallorca y desde California, Miko Weaver, continuó con la actuación íntima, sensible y emocional del dúo Okou acompañados para la ocasión por André Walker y Regis Molina, y finalizó de nuevo con Dj Panko.
Por su parte, el sábado estuvo marcado por la lluvia que impidió el concierto de Irene Atienza. Afortunadamente, hubo una tregua para que Jorge Pardo y su hermano Jesús, acompañados por Luís Amador Pata Negra, dejaran un concierto para el recuerdo en el que presentaron en Baleares su proyecto de jazz electrónico ElectroDjinn.