El príncipe Enrique de Inglaterra y su novia, Cressida Bonas, pasaron el fin de semana en la residencia real de Sandringham (sureste de Inglaterra), lo que ha alentado las especulaciones de una próxima boda real en el Reino Unido.
El príncipe Enrique, de 29 años, y Cressida Bonas, de 24, disfrutaron de la finca privada en solitario, sin la presencia de la reina Isabel II, de 87 años, ni de su esposo, el duque de Edimburgo.
La pareja habría practicado caza en la zona, una de las aficiones de la realeza británica, informó hoy la agencia local Press Association.
A pesar de que no es la primera vez que Bonas ha sido invitada a Sandringham, esta última visita ha hecho crecer las especulaciones en varios medios de comunicación acerca de que el príncipe Enrique podría contraer matrimonio en breve.
El palacio de Kensington declinó hacer comentarios sobre la visita de la pareja a la residencia real, una casa de campo de 32 kilómetros cuadrados de terreno en un área de destacada belleza natural en el condado de Norfolk.
La pareja, que lleva más de un año de noviazgo, ha sido vista varias veces en público recientemente, como en un concierto del artista James Blunt o en el musical «El Libro del Mormón».
También fueron fotografiados en febrero en una escapada de invierno en el complejo de esquí de Verbier (Suiza).
Se cree que Enrique y Cressida fueron presentados por la princesa Eugenia, prima del príncipe.