Las aguas siguen bajando, y de qué manera, muy revueltas en casa Cantora. Este domingo, y de forma totalmente inesperada, Kiko Rivera echó más leña al fuego y lo hizo a través de una intervención por sorpresa, y desde la puerta de su casa, en Viva la vida.
En principio lo hizo para defender a su mujer, Irene Rosales, que estaba siendo fuertemente cuestionada en el programa que presentó en esta ocasión Sandra Barneda, pero luego analizó cómo estaban las cosas con su madre, Isabel Pantoja, para quien, nuevamente, tuvo duras palabras.
«Es muy difícil y muy duro lo que estamos viviendo en casa. Me duele la mentira. Yo por dinero no lo hago. No quiero dinero, no quiero herencias. No quiero que en un futuro mi madre me deje un marrón y yo a mis hijas», señaló el DJ.
A este respecto, dijo: «La herencia me da igual. Llevó 36 años sin heredar nada de mi padre. Lo que quiero es que mi madre no me deje un pufo».
Además, quiso mandarle un claro mensaje a la tonadillera en forma de ultimátum: «Coge las cosas de papá y dáselas a sus hijos. Te vas a sentir mejor contigo misma».
En la intervención, que duró algo más de una hora, también miró hacia un nombre de Mediaset, Ana Rosa Quintana, que había criticado a Kiko por su manera de vestir. «La forma de vestir no te da ni te quita la razón», le respondió Rivera bastante ofendido. La presentadora de El programa de Ana Rosa había dicho previamente que "con una chapa en la oreja, de verdad y no es una frivolidad, pierde credibilidad", en alusión a su entrevista de hace dos viernes.