Rocío Carrasco, a través de la serie documental que ha realizado para contar los últimos 25 años de su vida, en los que ha permanecido en silencio, ha querido hacer un repaso a todas las personas que, de una forma u otra, están o han estado en su vida.
Uno de ellos es José Ortega Cano, el marido de su madre cuando esta falleció, en 2006. La hija de Rocío Jurado lanzó un dardo hacia el extorero, asegurando que no tenía del todo claro si para su madre había sido buen casarse con él.
Aunque Ortega Cano no ha entrado al trapo -nunca mejor dicho-, son muchos los que se preguntan por qué estas palabras de Carrasco y qué pasó realmente entre ellos para producirse ese alejamiento que ahora hace inexistente su relación.
Ahora la revista Diez Minutos arroja un poco de luz sobre el tema y asegura saber la verdadera razón de su enfrentamiento. Y esta tiene que ver con una propiedad que tenía Rocío Jurado en Miami y que dejó como herencia a su hija después de morir.
Allí, Ortega Cano y 'la más grande' compartieron muchos tantos momentos bonitos compartieron desde que la cantante la comprara en marzo de 2005, un año antes de que cayera enferma.
Según la revista, esta casa, la favorita de todas las que poseía, se convirtió en un refugio de paz y tranquilidad para la pareja, pero no sentía lo mismo por ella Rocío Carrasco, por lo que, desde el mismo momento de la muerte de su progenitora, se planteó venderla.
Y, según la publicación, esto es lo que verdaderamente enfadó a Ortega Cano, ya que él no estaba dispuesto a desprenderse tan rápido de esta casa, tanto por el valor sentimental como por el económico.
Así, y siempre según la información de la revista, el extorero le pidió a Rocío que esperara un tiempo para venderla, diez o quince años, pero ella hizo caso omiso y vendió la casa el 13 de junio de 2011 por un valor de 870.000 dólares, 5.000 menos que lo que le había costado a la artista seis años antes.