Tras semanas de discrepancias, finalmente este martes Shakira y Gerard Piqué han llegado a un acuerdo en relación a la custodia de sus hijos. Tras más de doce horas reunidos, la expareja ha decidido que Milan y Sasha se mudarán a Miami junto a la cantante en 2023. De este modo el exfutbolista acepta la petición de la artista y, según las primeras informaciones, ambos estarían preparando un comunicado oficial para dar a conocer todos los detalles. Este acuerdo, en el que el deportista ha cedido a las peticiones de la artista, llega menos de una semana después de que el catalán confirmarse que se retira del fútbol.
Piqué se despidió del Camp Nou el sábado con un sentido homenaje. El defensa recibió un tributo antes y cuando fue reemplazado por una afición entregada a un jugador que ha logrado una treintena de títulos con su equipo y que se ha convertido en leyenda culé. Aunque en un primer momento se especulaba sobre la posibilidad de que Gerard de mudase a Andorra, su entorno ha confirmado que continuará viviendo en Barcelona ya que tiene muchos negocios pendientes. Shakira confirmó hace cinco meses, el pasado sábado 4 de junio, que se separaba de Piqué.
«Lamentamos confirmar que nos estamos separando. Por el bienestar de nuestros niños, que son nuestra máxima prioridad, pedimos respeto a la privacidad. Gracias por su comprensión», señalaba un escueto comunicado divulgado por la agencia de comunicación de la cantante. El distanciamiento entre ambos era evidente, algo que la colombiana ya dejaba entrever en sus temas. En el mes de septiembre, y tras meses de estar en el foco mediático, Shakira concedió su entrevista más sincera a Elle, donde confesó cómo se siente.
La cantante aseguró que se encuentra en «una de las horas más difíciles y oscuras» de su vida y reveló que dejó su vida para centrarse en la de su pareja: «Quería jugar al fútbol y ganar títulos». «O dejaba su contrato con el Barcelona y se mudaba a Estados Unidos conmigo, donde está mi carrera, o yo tendría que hacer eso en su lugar», confesó. Finalmente, priorizó el futuro de Gerard: «Puse mi carrera en segundo plano y me vine a España, a apoyarlo para que pudiera jugar al fútbol y ganar títulos. Y fue un acto de amor».