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La última visita al hospital de Violeta Mangriñán con su hija Gia: «Me estaba asustando mucho»

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Es habitual que Violeta Mangriñan comparta sus problemas médicos y los de sus hijas a través de sus redes sociales. En esta última ocasión, la influencer ha ido a urgencias para solventar unas dolencias relacionadas con su salud y también con la de su hija Gia. «He estado aguantando el venir a urgencias pero el dolor de oídos me está matando», asegura la creadora de contenido en una primera historia de Instagram donde se la puede ver con una mascarilla quirúrgica tapando su boca y su nariz.

La valenciana explica que no puede «tragar ni hablar» y que odia tener que ir al hospital, pero que para algo paga un seguro médico privado al mes: «No voy hasta que estoy fatal». En una segunda publicación, Violeta ha aprovechado para contar que su hija Gia también ha pasado por el especialista en Pediatría por algunas inquietudes que detectaron en casa.

«De repente no quiere comer cuando ella no perdona un 'bibi' [...] Hacía cositas con la lengua, movimientos raros y le salió un sarpullido en la piel. Me estaba asustando mucho», son algunos de los síntomas que padecía la pequeña. Tras ser examinada por el pediatra, la valenciana se ha quedado más tranquila con el diagnóstico: «Parece que todo está ok, un cuadro vírico que tiene que seguir menguando». «Qué mal se pasa cuando los ves mal», añade la que fuera concursante de Supervivientes.

Asimismo, considera que puede que haya sido su hija la que le haya pegado el virus, de ahí su dolor de oído. «Ya me pasó en octubre estando embarazada de ella [...] estoy esperando el parte...», continúa. Minutos después, ya fuera del hospital, Violeta Mangriñan comparte su diagnóstico médico: «Faringitis aguda y tapón en el oído derecho, completito». «Me ha dicho que la infección de garganta es bastante fuerte, no debería haber esperado tanto», reconoce.

Por último, la creadora de contenido cita los medicamentos que le han mandando para frenar y eliminar la infección: «Corticoides y antibiótico. Del pinchazo me he librado porque le he puesto ojitos». «Ale, paz y ciencia queridos», es la reflexión con la que finaliza su comunicado.

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