Mounir Nasraoui, el progenitor de Yamal, protagonizó un sonoro ridículo durante la entrega del Balón de Oro. En el momento en que la leyenda del fútbol brasileño, Ronaldinho, anunciaba el nombre del ganador, el padre de Yamal gritaba el nombre de su hijo.
Para su deshonra, el ganador no fue Yamal, sino Dembelé, quien se mostró visiblemente satisfecho de sí mismo y no se olvidó de saludar a Yamal en un gesto de deportividad.
Ergo... si no fuera por el dinero que me sangran con los impuestos, ni padre ni hijo tendrían nada... Entonces... ¡¡El balón me lo merezco YO!!