Los equipos españoles de Banesto y Kelme completaron una gran jornada en el Tour de Francia, la primera de alta montaña por los Alpes, en la que estuvieron presentes en todas las escapadas y movimientos importantes, mientras que Vitalicio no apareció y se difuminó en una etapa trascendental para el futuro de la carrera francesa ya que sus hombres tuvieron nulo protagonismo.
José Luis Arrieta (Banesto) fue el héroe de los españoles. El corredor de Banesto escribió una importante página en su historial deportivo al ser el quinto español en coronar en primera posición el mítico puerto de Galibier, el techo del Tour de Francia.
Arrieta había coronado también en primer lugar el puerto del
Telegraphe, por lo que ha completado una carrera
brillantísima.
Pero el movimiento de Banesto no solo se redujo a Arrieta. Manuel
Beltrán fue otra de las figuras del equipo de Eusebio Unzúe.
Beltrán se fue junto a Virenque, Escartín y Castelblanco en la
subida al Galibier y supo aguantar entre los grandes hasta el
final, logrando el quinto puesto de la etapa a 2:27 de
Armstrong.
Alex Zuelle completó la buena jornada para Banesto. El suizo fue el único en resistir la estela del líder en la subida a Sestriere y logró un meritorio segundo puesto a 31 segundos de Armstrong y subiendo muchos puestos en la clasificación general en su lucha por una plaza de pódium an París.
Fernando Escartín fue otro de los grandes protagonistas españoles. El corredor de Kelme se fue en alto de Galibier y resistió todos los ataques excepto el último de Armstrong en Sestriere. Escartín hizo un auténtico alarde de fuerza y cumplió lo prometido con su tercer puesto en la etapa, que sin duda la dará fuerzas para afrontar lo que queda de montaña con mucha moral y donde deberá seguir atacando para buscar la mejor clasificación posible en un terreno que le es propicio.