Buen rollo final ayer en el anhelado derbi ibicenco con las gradas repletas de aficionados de ambos bandos, ausencia de incidentes en el césped de Can Misses y reparto de puntos para los dos conjuntos en liza. El CE Eivissa y la Peña Deportiva protagonizaron ayer el típico derbi, con los ingredientes que conlleva un partido de estas características: rivalidad, emoción y orgullo, tanto en el campo como en la grada.
El choque presentaba a priori a la Peña como favorita, aunque sus técnicos se habían encargado durante la semana de rechazar esta condición. Además, la ausencia de Jorge, el factor campo y los resultados favorables en pretemporada para los locales hacían presagiar igualdad. Y eso es lo que se vio en la primera mitad. Los primeros 45 minutos estuvieron presididos por el respeto y el tanteo habitual entre dos conjuntos que se conocen demasiado.
En el minuto 25 Soriano se encargó de avisar con un remate de cabeza, que iría seguido un minuto más tarde por un potente disparo de fuera del área de Julián Marcos "muy motivado". Poco más hasta el descanso, en que las respectivas hinchadas, animadas pese a la floja primera parte, repusieron fuerzas para afrontar el segundo 'round'.La segunda mitad fue otra historia. Raúl despertó al público con el 0-1, logrado desde fuera del área en falta directa en el minuto 56.
El balón cogió un efecto extraño que descolocó a Palacios y entró por la derecha ajustado al poste. El Eivissa, que había mostrado cierto dominio el algunas fases del primer tiempo, intentó estirarse con el riesgo que ello llevaba. En el minuto 78 los locales tuvieron su recompensa a su esfuerzo. En una contra, Soriano metió un buen balón en profundidad a Manel, que resolvió ante Vicente el uno contra uno metiendo el esférico bajo las redes visitantes (1-1). Los goles no sólo pusieron la salsa al partido, ya que en los últimos diez minutos se vivieron las mejores ocasiones, en algún caso espectaculares.