El escolta ibicenco Paco Vázquez, el número seis de la selección española, ha iniciado la cuenta atrás para arrancar su internacionalidad con la selección absoluta de baloncesto. La cita es el viernes con el primer compromiso de la selección en el marco del Eurobasket '2001, ante Eslovenia a las 21.15 horas. Turquía, el anfitrión del Europeo 2001, que busca su primera clasificación para un Mundial en casa, junto con Eslovenia, la poderosa ex república yugoslava, se perfilan como los dos grandes enemigos de España para empezar a defender la plata conquistada en Francia 99.
El conjunto español, donde sólo permanecen tres jugadores de los que ganaron la medalla en París -Alfonso Reyes, Nacho Rodríguez y José Antonio Paraíso-, ha mezclado ilusión y dudas a lo largo de su preparación para el torneo con las nuevas incorporaciones, lideradas por Pau Gasol y Raúl López, los dos chicos del draft.
Turquía se ha colocado ante el momento de la verdad y ha preparado el Eurobasket a conciencia para demostrar que tiene un puesto en la elite. El alero de los Sacramento Kings Hidayet Turkoglu es la gran esperanza turca, pero no la única alternativa de un conjunto muy bien construido que lleva casi dos meses trabajando. En Eslovenia, aparte del gran caudal de talento generalizado de sus jugadores, destaca la calidad de Sani Becirovic y la incorporación del nacionalizado Arriel McDonald, base del Maccabi Tel Aviv, campeón de la Suproliga.
El cuarto en discordia es Letonia, con una estructura que mantiene a veteranos como Igor Miglinieks, Roberts Stelmahers y Ainars Bagatskis y añade a jóvenes tan dotados como Kaspars Kambala, de la Universidad de Nevada Las Vegas, y Raitis Grafs, titular con 20 años y 2'10 metros. Javier Imbroda, un melillense de 40 años iniciado en el deporte a través del fútbol, ha asumido la enorme responsabilidad de relevar a Lolo Sainz en el banquillo de la selección y dirigir el relevo generacional del equipo español sin traicionar sus convicciones ni «adoptar una mentalidad conservadora». «Nuestra aspiración es lo máximo. No voy a poner límites».