José Antonio Pascual|TURIN
El Real Madrid buscará ante el Juventus el acceso a la final de la
Liga de Campeones a los pies de los Alpes, a donde llega con un
exiguo 2-1 que rentabilizar sin un hombre clave como Makelele y la
duda de Ronaldo, pero amparado en Raúl y en el espíritu del
Amsterdam y Old Trafford, donde escribió dos de las páginas más
brillantes de los últimos años.
La reaparición de Raúl es la mejor noticia para Vicente del Bosque. El delantero madrileño, que tuvo que ser operado de urgencia de una apendicitis aguda justo antes del viaje a Manchester en la vuelta de los cuartos de final, se ha recuperado a marchas forzadas, y su carácter se antoja un factor determinante en un duelo de este calibre, en el que el resultado de la ida no es ni mucho menos tranquilizador ante un oponente como el italiano.
Junto a Raúl, volverán al cuadro español otras dos de sus grandes figuras, que no estuvieron en el encuentro liguero de Huelva, como el francés Zinedine Zidane y el portugués Luis Figo, pero el resto de novedades son negativas: el equipo ha perdido el liderato de la Liga, Ronaldo viajó pero en una situación física complicada y Makelele, el equilibrio y el trabajo infatigable en la medular, es baja por una rotura fibrilar.
La presencia o no de Ronaldo tiene en vilo al madridismo en estas horas previas. El brasileño evoluciona bien de la lesión en el sóleo que sufrió en la ida y tiene ganas de jugar, pero su participación es una de las grandes incógnitas. El «fenómeno» tiene un estilo de juego determinante en este tipo de partidos. Su velocidad, su fuerza y su pegada a la contra le hacen desequilibrante, pero la ausencia de Makelele es tan o más trascendente, porque el francés hace un trabajo impagable y hasta poco reconocido en la contención. Varios de los componentes importantes del equipo estuvieron en el Amsterdam Arena el 20 de mayo de 1998 cuando el Real Madrid derrotó al Juventus en la final de la Liga de Campeones (1-0) y acabó con 32 años de sequía. El espíritu de trabajo, incluso de sufrimiento, y a la postre de éxito es con el que la expedición ha viajado a Turín.
Pero también lo hace con el de Old Trafford, donde Del Bosque apostó por tres centrales, como podría hacer en Delle Alpi, y donde se encaminó la «Octava» rubricada, con el mismo esquema, en la final de Saint Denis ante el Valencia y que tuvo un nuevo capítulo incluso en la ida de las semifinales de la pasada edición en el Camp Nou.
El técnico madridista, sin la contención de Makelele y si finalmente no se arriesga con Ronaldo, podría quererse proteger de los peligros que puede causar el tridente Nedved-Del Piero-Trezeguet, dotado de movilidad y pegada, en una presumible ofensiva de un Juventus al que le basta con el 1-0 para ganar.