José Antonio Diego|ATENAS
El marroquí Hicham El Guerruj, que había perseguido durante ocho
años un título olímpico, consiguió ayer el segundo en cuatro días
al ganar la final de 5.000 metros en una jornada que también coronó
por segunda vez a la británica Kelly Holmes, el orgullo del medio
fondo británico.
Desde que Paavo Nurmi, el finlandés volador, lo hizo en París'24, ningún otro atleta había logrado ganar los 1.500 y los 5.000 metros en unos mismos Juegos Olímpicos.
El Guerruj, cuatro veces campeón mundial, llegó a Atenas con ansias de ganar su primera medalla de oro olímpica y, cumplido su objetivo al vencer, el martes, en su prueba predilecta, los 1.500, preparó a conciencia los 5.000, donde está su futuro próximo, y terminó venciendo en 13:14.39.
El etíope Kenenisa Bekele, que con sólo 22 años perseguía en Atenas igual objetivo -dos oros-, habrá de conformarse con el botín de un título olímpico en 10.000 y la medalla de plata en 5.000. Llegó segundo a la meta con 13.14.39, mientras que el campeón mundial, el keniano Eliud Kipchoge, se colgó el bronce con 13.14.59.
Bekele no quiso tirar al principio, como hizo en los Mundiales de París, aunque vigiló muy de cerca la cabeza del grupo. El primer kilómetro se pasó en 2:58.46 y a partir de ahí los etíopes se pusieron en acción, primero con Gebre Gebremariam.
El keniano Abraham Chebii dio un fuerte tirón a 9 vueltas del final pero nadie se cebó. Kipchoge también compareció en cabeza. A 3.200 del final, Bekele asestó su primer golpe. El Guerruj se colocó en cuarto lugar. El crono marcaba 8:10.89 por el tercer kilómetro.
Kipchoge y Bekele, conscientes del peligro que suponía el marroquí en los últimos metros, se relevaron en cabeza para castigar sus piernas. Todo en vano. A dos vueltas del final nada estaba decidido. El marroquí resistía con Kipchoge y los tres etíopes.
Bekele saltó a 200 metros del final pero esta vez no tuvo el cambio brusco que le dio la victoria en 10.000 metros. El Guerruj impuso su velocidad de mediofondista y se adjudicó su segunda medalla de oro en cuatro días.
Kelly Holmes devolvió el orgullo al mediofondo británico con un esprint poderoso y sostenido que le dio el triunfo en la final de 1.500 cinco días después de haber destronado a su amiga Maria Mutola como campeona olímpica de 800.