Hay actores especializados en papeles secundarios. Ilustres capaces de robar plano a la estrella y apropiarse de las escenas en las que aparecen. A Oscar Trejo parece que le bastan las últimas tomas para mostrar talento, descaro y estilo. Ayer salió cuando apretaba el Getafe y el Mallorca había perdido balón y tranquilidad. Del amenazador 1-0 se pasó a un triunfo cómodo gracias a la pincelada del número 20, que apenas necesitó cinco minutos -entró en el 89- para avalar la fama que le precede a sus 18 añitos. El tanto del argentino en su debut echó el candado a la quinta victoria consecutiva del grupo balear en casa, una racha que le permite mirar hacia arriba y olvidarse de las urgencias clasificatorias en las nueve últimas jornadas del curso. El Celta, que marca el descenso, habita nueve puntos por debajo. (2-0).
Antes de llegar aTrejazo, el Mallorca había liquidado con oficio un partido ramplón, jugado bajo un ritmo cansino que se alteró tras el gol de Nunes a la hora de partido. Desde ese momento, el conjunto bermellón se pertrechó atrás y le entregó los trastos al Getafe, que reservó durante casi una hora a Güiza y Casquero, y lo acabó pagando. La soberbia pudo con Schuster. El conjunto madrileño, más blandito de lo esperado, no supo qué hacer ante tanta cortesía, mientras el Mallorca se hinchó a desperdiciar contras. Jonás, con espacios, hizo lo que quiso con Contra. También fue notable el partido de Víctor, que rebaña cada balón y desquicia a la zaga. Agarrado a la titularidad, sólo necesita abrazar al gol para salir a hombros.
El epílogo festivo ocultó una tarde que había amanecido plagada de nubarrones. Sin puntería. Y es que a los cinco minutos, el ataque isleño ya se había estrellado en dos ocasiones ante Abondanzieri tras sendos mano a mano de Jankovic y Víctor.
El Mallorca no mantuvo el ritmo y se desinfló al cuarto de hora. Abusó de los pelotazos sin sentido y el Getafe se apoderó estérilmente del balón. Su mejor ocasión fue un disparo de Cotelo que desvió Moyà, aunque el árbitro ni siquiera señaló córner, y un chut de Celestini desde fuera del área con el portero mallorquín, en el suelo, protestando una falta. De Güiza, el protagonista semanal, apenas hubo noticias.
La falta de vigor en el centro del campo demandaba algún remedio táctico, el poder de algún centrocampista con llegada desde atrás y buen disparo. Manzano optó en el descanso por permutar las posiciones de Arango y Jankovic y devolver a Jonás Gutiérrez a su sitio natural.