José Luis Sotorres (Àrea 11)BENIDORM
El estreno del nuevo entrenador de la SE Eivissa no pudo ser positivo. Su equipo perdió, una historia muy común esta campaña -más aún lejos de casa-, ante un rival que supo defenderse perfectamente y derrotar a los ibicencos al contragolpe. Solamente la gran actuación del guardameta José Antonio, inédito en toda la temporada, evitó que el marcador fuera mucho más amplio.
El partido se presentaba complicado por la igualdad de ambos conjuntos en la clasificación, pero los de Paco López se mostraron muy seguros en la línea defensiva y sorprendieron una y otra vez en el primer periodo a su rival, con contraataques que hicieron lucirse al guardameta visitante José Antonio.
En los primeros compases del encuentro, Luismi Loro daba un aviso a los baleares con un tiro desde fuera del área que salió rozando la escuadra. Fue una gran oportunidad para que el marcador se moviera por vez primera.
El Benidorm siguió buscando sus oportunidades y un tiro de Chupe fue rechazado por el portero visitante, el esférico llegó a Luismi Loro, que remató, y de nuevo José Antonio evitó el gol. El meta visitante se empezaba a convertir en el héroe de su equipo, incapaz de crear peligro en el área contraria.
La primera oportunidad del conjunto visitante llegó antes de cumplirse el primer cuarto de hora. Àngel recibió el esférico en el área, pero éste no controló bien y su disparó salió alto. Sin embargo, el Benidorm estaba desarrollando un juego mucho más brillante que su rival y estaba haciendo méritos para conseguir una recompensa en forma de gol. Y ésta llegó en el minuto 15 de forma inesperada; Luismi Loro sorprendió completamente al portero y a la defensa ibicenca en un lanzamiento de saque de esquina, colocando el balón dentro de la portería visitante, un gol de los llamados olímpicos que permitía a los alicantinos ponerse por delante en el marcador.
El Eivissa no acusó mucho este mazazo, ya que reaccionó poco después. Se cumplía el minuto 18 cuando, en un lanzamiento de córner, dispuso de su gran oportunidad; el cuero le llegó a Àngel, pero su disparo fue atajado por Adrián, muy seguro y haciendo gala de grandes reflejos.
Al filo de la media de juego, Luismi Loro lo volvió a intentar de córner, pero en esta ocasión colocó la pelota en el segundo palo, donde estaba Moncho. Éste, en otro de sus grandes errores, tiró el balón a las nubes cuando lo más fácil era marcar. El ariete no tuvo su mañana, ya que, unos minutos más tarde, recibió un balón de oro de Dani Guillén y, solo en el área, se cayó al suelo.
El partido finalizó en su primera mitad con dos oportunidades visitantes. La primera, en una contra en la que recibió el balón Raúl Rodríguez, pero Adrián cubrió bien su parcela; después, a Juan Carlos Sanz se le cruzó Oscar López para robarle el cuero.
La segunda parte comenzó con un Eivissa que buscaba, como mínimo, la igualada en el marcador, y en el primer minuto Raúl Rodríguez le dejó el balón a Pisano, pero éste tiró fuera ajustado al palo. El Benidorm, tras unos minutos fuera del partido, intentó coger de nuevo las riendas del encuentro y puso en apuros al guardameta visitante, pero éste, en dos oportunidades, anuló los intentos del delantero local Moncho, así como otra ocasión de gol de Ruano.
Cuando parecía que el Eivissa iba a conseguir el gol del empate llegó el segundo de los locales. Fue una jugada que inició Ruano, quien dejó el balón a Luismi Loro, éste disparó y el portero no consiguió controlar el cuero. Allí se encontraba el portugués Flavio, que llevaba siete minutos en el terreno de juego, para conseguir el segundo gol de su equipo, que prácticamente sentenciaba el partido.
A partir de entonces, el Benidorm ya no buscó con tanto ímpetu el gol y el Eivissa, que nunca se rindió, buscó acortar distancias en el marcador, pero los de Paco López no se dejaron sorprender, aunque en el último minuto de juego los visitantes, por mediación de Julien, tuvieron su ocasión que desbarató Adrián.
Así las cosas, el Eivissa encajó una nueva derrota en el debut del técnico Alfredo Santaelena, quien no pudo conseguir una victoria que habría servido de base a un cambio de rumbo que, de momento, sólo se ha dejado ver en sus despachos.