Hugo 'Calamity' Nava ha dejado huella en el Space Gasifred. Pero para mal. El técnico asturiano, el «máximo responsable» del descenso, como él mismo reconoció, metió la pata desde el primer minuto, cuando desconvocó a Juanan y Àlex del Amor para un amistoso de pretemporada por no llevar las medias -pudieron coger otras, pero se negó-, hasta el último, como lo demuestra el hecho de haber abandonado la Isla sin despedirse de los jugadores. De hecho, no ha estado presente en ninguno de los partidos de esta semana.
Los entrenamientos
Hugo Nava no ha destacado precisamente por ser un genio en las sesiones preparatorias. Para empezar, era el primero en llegar tarde y raro era el día que se mostraba puntual. Encima, no las llevaba preparadas. Algunos jugadores apuntan que sus entrenos eran siempre iguales, con apenas cinco opciones y ejercicios de rotación propios de las categoría base, sumiendo al grupo en una monotonía total. Incluso hubo un día que se plantó en el pabellón Es Viver con una persona afín a él, que le había ido a visitar, y lo puso a entrenar a los porteros.
Los informes
Los análisis del rival tampoco eran su especialidad. Confundía habitualmente la pierna dominante de los contrarios, así como sus nombres, volviendo así locos a sus propios futbolistas. Además, solía pedir informes a sus pupilos si éstos habían militado en las filas del adversario de turno. Carrión acabó haciéndole buena parte de este trabajo por su relación con Juan Carlos Bartual, que sí es un estudioso de la categoría.
Jon, para echar a Herrero
Con los jugadores no ha tenido buena sintonía. Sólo su paisano Iván Martín, su mano derecha y portavoz, como le han señalado en el vestuario, congeniaba con él. Hugo Nava intentó echar a Roberto Herrero y fue el culpable de la marcha de Luis Coria. Al primero lo tuvo calentando siempre en la banda durante el partido contra El Pozo Murcia B de la primera vuelta. En el último minuto, con el duelo decidido -finalizó 7-4-, le dijo que saliera y el cierre se negó. No tardó en solicitar su baja ante la directiva y fue entonces cuando ésta decidió contratar al joven Jon.
Coria, despedido
A quien sí consiguió echar fue a Luis Àlvarez Coria. Tras el encuentro contra el UMA Antequera, el pasado 26 de diciembre, acabó preguntando a sus jugadores quiénes no estaban con él. El primero en decírselo fue el gallego. El técnico subió a hablar con Juan Ruiz y acabaron echándole por la puerta de atrás, maquillando entre todos la marcha «por motivos personales» para no empeorar las cosas, que ya estaban lo suficientemente calentitas como para empeorarlas con la verdad. Curiosamente, cuando Coria visitó las escuelas, Hugo Nava trató de saludarle como si no hubiera pasado nada. El gallego le dio la espalda.
La obsesión del entrenador con Coria era tal que incluso en el partido de vuelta contra El Pozo B Ciudad de Murcia pidió, durante un tiempo muerto, que no se repitiera lo de la primera vuelta, cuando se encajó un gol tras un fallo de Ernesto. «Que no nos pase como la otra vez», decía. «Sí, que perdí yo el balón», respondió Ernesto. «No, tú no. Fue Coria», reprochó el míster, cuando el gallego ni siquiera estaba en el quinteto aquel día. Esto ha sido motivo de broma durante buena parte del curso.
Mal rollo
En el vestuario azulino no le tragaban. Desde muy pronto se ganó su enemistad. En noviembre, por ejemplo, tachó a los suyos de estar «acomodados» tras haber conseguido un play off, en una reunión que se celebró en noviembre. Sus ataques le fueron devueltos. Clayton, por ejemplo, le cantó las cuarenta y le hizo cambiar de discurso. «Cuando perdemos, perdemos todos, no los jugadores; y cuando ganamos, lo hacemos todos también», le vino a decir el brasileño. Desde entonces, Hugo Nava se responsabilizó de los errores y se dedicó a decir que el equipo «es una piña».
Otros, como Ernesto o Carrión, han mostrado su desaprobación a ciertas decisiones en pleno partido. El primero le mandó callar después de que el técnico le recriminara que lanzara a puerta cuando el rival estaba con portero-jugador. También cambió alguna jugada de córner cantada desde la banda. El pívot, por su parte, pateó una valla tras un cambio en el duelo contra el Albacete. Nunca se había visto al bueno de Carri así. Nava fue capaz de desquiciarle.
Sus ex pasaron de él
Pero no sólo aquí se ha llevado mal con los jugadores. Hasta algunos de sus ex pupilos rompieron relaciones con él, casos de Aramburu (Andorra) y Ferrandis (Tobarra), quienes se negaron a saludarle cuando el míster se acercó a ellos. Es más, el primero, con el puño alzado y cerrado, le dedicó el gol que supuso el 3-2 en la penúltima jornada, un gesto que habla por sí solo.
Las salidas
Su semblante cambiaba drásticamente en función de los resultados. Si perdían, no se comunicaba con nadie y obligaba a los jugadores a desayunar juntos. Por contra, si el resultado era positivo, se los llevaba de fiesta. Esto incluso le hizo llegar tarde en dos ocasiones al autobús después de haberse quedado dormido en la habitación del hotel. Sucedió en Albacete y en Tobarra. Además, se permitía el lujo de ponerse a charlar por el móvil y plantarse 20 minutos tarde a la cena, como pasó en Lanzarote y Brihuega.
Sin recursos
A la hora de la verdad, sus decisiones nunca fueron buenas, sobre todo cuando se trataba de jugar de cinco. Reacio a usar el portero-jugador, posiblemente por lo poco trabajado que lo tenía, se negó a utilizarlo contra el Melilla, pensando que serían los norteafricanos los que se la jugarían en la recta final. Le faltó valentía y volaron dos puntos cruciales de sa Blanca Dona. Frente al Andorra, con 3-3 en el marcador, sí quiso jugar de cinco. Los jugadores tuvieron que frenarle los pies, sabedores de que el punto era bueno y una derrota supondría el adiós a la categoría. Dio marcha atrás, pero el Gasifred acabó perdiendo. Ha conseguido que Carrión no viera puerta durante un largo periodo de tiempo y no aprovechó las condiciones, entre otros, de Sebas, que la temporada pasada había marcado alrededor de una decena de goles y había mojado en el play off de ascenso.
Contra la prensa
El míster llegó a ver a los medios de comunicación como un enemigo por el simple hecho de que empezaron a salir noticias en torno a las movidas de un equipo que no funcionaba. Hizo reproches a algunos medios y hasta pareció convencer a Juan Ruiz de que existía «una caza de brujas», como dijo el gerente públicamente. Tras el último partido, contra el Àfrica Ceutí en Can Guerxo, pidió «perdón» por no estar acostumbrado «a estos niveles de prensa», reconociendo que le faltó «adaptación». Demasiado tarde. Llegó a elegir los medios a los que hacer declaraciones e incluso jugó con ellos al despiste en el duelo del Jaén, afirmando que Leo no entraría en la convocatoria por lesión. Una mentira total. Jugó y marcó. Olvida que él mismo se echó tierra encima declarando cosas como «no vamos a perder ningún partido más en todo el año», antes del duelo contra el Burela. Nada más lejos de la realidad.
Lágrimas de cocodrilo
En los últimos partidos se le vio llorar. Tras el duelo contra el UMA Antequera, lo hizo en el vestuario. Después del choque contra el Jaén, en casa, también. Hasta en la Cadena SER, cuando intentaba pedir «perdón a la afición», amagó el llanto. Otros, con mucho más amor por el club, no cayeron en eso.
LA TRACA: ¿Por qué?
¿Por qué se mantuvo Nava hasta el final? Muy simple. Su facilidad de palabra, sus continuos chivatazos y su buen hacer con las escuelas municipales le hicieron ganarse a Juan Ruiz. El gerente y presi en funciones creyó en él e hizo caso omiso a las informaciones que le daban desde dentro. Decidió darle continuidad y el tiro le salió por la culata. De todo se aprende.
APUNTES
Dos juveniles para el triangular
El Space Gasifred contará con 15 jugadores para el triangular de mañana a beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer, en el que también toman parte el Atlético Isleño Bar Norte, de Primera B, y el Paupérrimos, de Regional. Nené, del filial de Primera B, Adri e Isma, del juvenil, se unirán a Iván, Àlex del Amor, Alves, Leo, Clayton, Sebas, Juanan, Ernesto, Jon, Carrión, Amrani y Chano.
El Guadalajara, entre dudas
El Gestesa Guadalajara, que acaba de descender de División de Honor, tiene complicado jugar la próxima temporada en División de Plata. Algunas informaciones apuntan que el abogado de la Liga Nacional de Fútbol Sala ya tiene constancia de que el club no militará en la segunda categoría nacional. Por contra, otras indican que uno de los directivos importantes de la entidad alcarreña se niega a dejar escapar la opción de jugar en División de Plata.