El Atlético Isleño cerró la primera vuelta de la peor manera posible, con una derrota que supuso, además, la primera de la temporada lejos de casa, donde los de Vila se habían mostrado fuertes hasta ayer. El Penya Ciutadella lo superó, basando su enésimo triunfo en su solidez defensiva –dejando al Isleño sin prácticamente chutar entre los tres palos defendidos por Sastre– y en las jugadas a balón parado.
El primer tanto llegó a la media hora de juego, gracias a una pena máxima transformada por Zurbano. En la reanudación, los otros dos goles llegaron en sendos saques de esquina; el 2-0, obra del capitán Barto en segunda jugada y el tercero, ya en el tiempo de descuento, de cabeza de Llonga, que entró en la segunda parte.
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