El Formentera llegó a Vitoria acariciando con la punta de los dedos la máxima gloria deportiva que jamás ha tenido el club en toda su historia y la agarró con firmeza para que el histórico ascenso a Segunda División B no se le escapara en esta ocasión.
El conjunto de Tito García Sanjuán sabía que en Vitoria le iba a tocar sufrir de lo lindo durante los noventa minutos ante un Alavés B que lo dio todo sobre el terreno de juego de Ibaia para intentar remontar el resultado de 2-0 en contra de la ida.
Así las cosas, el Formentera comenzó el encuentro pasando serios apuros atrás y teniendo que redoblar sus esfuerzos en defensa para tratar de frenar el empuje de un filial vitoriano que gozó de varias oportunidades claras para haber desnivelado el marcador antes de que se llegara al descanso.
Así, a los 20 minutos, Andrei gozó de la primera ocasión clara para los locales, aunque su disparo, a bocajarro en el interior del área, fue desviado a córner con una excelente intervención de Marcos Contreras, en la que el portero del Formentera demostró unos felinos reflejos ante el potente y malintencionado chut del atacante.
Frente a la presión y la intensidad del conjunto vitoriano, al Formentera le tocó fajarse en tareas defensivas en espera de que llegara su ocasión para poder matar definitivamente la eliminatoria.
Con un juego rápido y muy vertical, el Alavés B no dejó de insistir machaconamente durante todo el primer periodo en busca del gol, volviendo a tener la opción de adelantarse en el marcador al filo de los 35 minutos, merced a una doble ocasión, en la que Contreras detuvo con acierto un primer lanzamiento de Dani Iglesias desde la frontal, mientras que el segundo remate de De la Fuente, que recogió el rechace, se marchó desviado por la línea de fondo.
Poco antes del intermedio, tras el saque de una falta escorada, el conjunto vitoriano estuvo más cerca que nunca de adelantarse, pero el remate de cabeza de Facundo se estrelló en el larguero de la portería rojilla.
Con todo el segundo tiempo aún por delante, el Formentera llegó al descanso conservando su renta de dos goles a favor y con el empate a cero en Ibaia.
Tras el descanso, el guión del encuentro siguió transcurriendo por los mismos cauces que en el primer tiempo, con un Formentera aguantando con seguridad las embestidas de un cada vez más crecido Alavés B, y tratando de dejar correr los minutos hacia el final del partido.
Pese a ello, tuvo que ponerse de nuevo el mono de trabajo el equipo formenterés y fajarse atrás con extrema atención, ayudando todos a su zaga, para evitar cualquier susto de última hora por parte de un conjunto vitoriano que nunca le perdió la cara al partido.
A pesar de su insistente empeño por poner cerco a la meta visitante, el filial vitoriano fue incapaz de perforar la bien defendida portería de Contreras, lo que le valió al Formentera para montar en el último suspiro del encuentro un contragolpe mortal que condujo con maestría, cruzándose casi todo el campo de área a área, el habilidoso y rápido Agus Ojeda. Al futbolista del Formentera, que se plantó ante el meta rival en situación franca y acompañado de su compañero Juan Antonio, no le temblaron las piernas ante la presión, sino que certificó el tanto de la tranquilidad con un golpeo preciso y bien ajustado que envió el cuero al fondo de las mallas.
El éxtasis y la felicidad más absoluta se hicieron patentes, sin freno ya posible, entre todos los miembros de la plantilla de Tito García Sanjuán y entre todos los aficionados que les han apoyado incondicionalmente, creyendo siempre que el ascenso, esta vez, sí que era posible.
Cinco años después de su salto a Tercera, el Formentera tiene de nuevo el honor de haberse hecho, con todo merecimiento, con un histórico ascenso a la categoría de bronce del fútbol nacional. Ahora les toca disfrutarlo por todo lo alto.