Vicente del Bosque (Salamanca, 23-12-1950), exjugador, exentrenador y exseleccionador nacional de fútbol con el que la Roja se coronó por primera vez en su historia campeona del Mundo en 2010, privilegio al que añadió además el éxito de sumar en 2012 una nueva Eurocopa, la tercera, para las vitrinas de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), visitó ayer Ibiza para clausurar en Sant Carles la segunda edición del campus formativo que lleva su nombre.
Antes del acto de entrega de diplomas, el exseleccionador nacional ofreció lo mejor de sí mismo y se ganó el cariño y el afecto de todos los presentes con su afable carácter, su dilatada experiencia dentro del mundo del deporte profesional y su cercanía como persona. Vicente del Bosque departió amablemente con el medio centenar de alumnos de su campus, respondió a sus inquietudes y dejó constancia de su gran personalidad como técnico, impartiendo de paso una clase magistral de conocimiento y sabiduría futbolística que le convirtieron en el indiscutible foco de atención de la última jornada de su exitoso campus para jóvenes futbolistas con edades comprendidas entre los 6 y los 15 años.
—¿Qué supone para usted visitar Ibiza y convertirse con su mera presencia en el gran protagonista de la última jornada de su segundo campus en Sant Carles?
—Estoy encantado de estar aquí y de que podamos dar una alternativa a todos los niños y jóvenes de la isla para que puedan practicar deporte y puedan estar durante una semana entretenidos haciendo lo que les gusta.
—Madrid, Salamanca, Estepona, Menorca, Mallorca, Ibiza... Su proyecto para organizar campus formativos de fútbol por toda España parece que continúa creciendo de forma imparable.
—La verdad es que estamos encantados de poder trabajar con tantos chicos, aunque, a la misma vez, supone una responsabilidad. No sólo porque se les enseña, sino también porque debemos tener cuidado para que no se produzca ningún episodio desagradable, algo que es también muy importante para nosotros.
—¿Cómo se implica usted en estos campus? ¿Está al tanto de todo lo que pasa en ellos?
—No, cada campus tiene a su gente que los dirige y organiza. Yo más que nada les estoy poniendo mi nombre y ayudándoles en todo lo que puedo.
—Dentro de lo que es el programa formativo de este campus, ¿en qué facetas son sobre las que más se incide a la hora de planificar los ejercicios y los entrenamientos?
—Bueno, creo que el aspecto sobre el que más se trabaja es la técnica, que es lo más importante, lo más difícil y lo que, al fin y cabo, más les interesa a los chicos. La mejora técnica es algo que viene dado como consecuencia del desarrollo del propio juego.
—¿Le ha llegado algún informe sobre algún talento de Ibiza a tener en cuenta de cara al futuro y que pudiera despuntar como jugador dentro del fútbol profesional?
—Tampoco es eso lo que estamos buscando aquí en este tipo de campus. No miramos que sean jugadores brillantes, sino que lo que queremos es que los chicos simplemente se diviertan a través del juego y que se puedan formar durante estos días.
—Es de imaginar que usted estará ahora mucho más relajado y sin presión alguna desde que dejó la selección.
—Bueno, lo cierto es que siempre hay por ahí alguna cosilla para entretenerse. La verdad es que no me aburro para nada.