Hablar de Sergio Cirio es hacerlo, seguramente, del mejor jugador de la Unión Deportiva Ibiza. Ayer volvió a demostrarlo con un doblete que brindó la victoria a los suyos en el feudo del potente Talavera. Ya había advertido Andrés Palop que este encuentro era “una prueba de madurez” para los suyos. Pues la saldaron con nota.
Hay una máxima que dice que ‘lo que funciona no hay que tocarlo'. El técnico unionista la conoce y, por eso, sólo introdujo un cambio con respecto al once de la semana pasada. Gonzalo de la Fuente, que se había perdido el choque anterior por lesión, regresó a la titularidad en detrimento de Abel. El resto del equipo fue exactamente el mismo que le metió cuatro al Marbella en el estadio de Can Misses.
El conjunto toledano había encajado solamente un tanto como local en cuatro encuentros. Se lo metió el Melilla, hasta ayer líder de la categoría. En los otros encuentros dejó su portería a cero. Fue llegar el Ibiza y romperse la estadística. Ayer, el Talavera recibió más goles en casa que en todo lo que va de campaña, en concreto dos, ambos materializados por Cirio. Desde que él y Rodado, junto al intocable Javi Serra, han coincidido en el ataque de los celestes, la producción ofensiva de los de Vila ha mejorado notablemente. Bueno, la ofensiva y la defensiva, porque estos dos jugadores también se sacrifican constantemente por ayudar a sus compañeros en la retaguardia, tal y como se pudo comprobar ayer.
El inicio del choque fue toda una declaración de intenciones por parte de la Udé. Primer minuto, primera tarjeta amarilla del Talavera. Íker derribó en el vértice del área a Rodado en una acción que entrañaba mucho peligro. El lanzamiento a balón parado se marchó fuera, como también lo hizo un disparo de Cirio desde la frontal a los tres minutos.
Si había alguien que quería marcar, ése era el Ibiza, que mediado el ecuador rompió el ‘cerocerismo'. Iosu mandó un balón entre líneas a Javi Serra, que entraba por el costado derecho y le hizo un espectacular caño a Nandi antes de chutar raso. El portero le adivinó las intenciones y despejó la pelota con el puño, pero ésta quedó muerta en el área pequeña y Cirio, que llegaba como una bala, la alojó en el fondo de la red.
El botón de alarma saltó en el Talavera, que se volcó en busca de la reacción. Cirio y Verdú abortaron a córner dos peligrosas aproximaciones de los talaveranos, que no encontraron la forma de penetrar en la consistente zaga ibicenca, por lo que los minutos pasaron con más pena que gloria y se llegó al descanso con 0-1 en el marcador.
En la segunda parte, el equipo de Andrés Palop cedió el protagonismo del balón a su rival, consciente de que éste debía lanzarse a por el empate y de que podría aprovechar sus espacios a la contra. Nandi, tras un pase de Juanra, tuvo una buena oportunidad en un disparo colocado que no anduvo cerca de la escuadra. Luego, el recién incorporado Laerte y Óscar Martín buscaron las tablas con disparos desde fuera del área que se marcharon desviados.
Los pitiusos aguardaban pacientemente su oportunidad mientras se centraban en defender bien su portería y ésta llegó en el minuto 64. Chavero controló el balón con el pecho en la medular pegado al costado derecho y lo puso en profundidad para que el menudo delantero de los pitiusos, tras zafarse en velocidad de Nandi, batiera al portero en el mano a mano. 0-2 y partido prácticamente visto para sentencia.
La UD Ibiza se sacrificó en defensa desde entonces para amarrar tres puntos que tenía ya en el bolsillo. Incluso Rodado dejó clara su implicación al enviar a córner una peligrosa acción de Espinar en el área pequeña. Sus compañeros no dudaron en agradecerle su entrega antes de servirse el saque de esquina.
Finalmente, los unionistas mantuvieron sin problemas su portería a cero y se apuntaron una victoria de mérito que refrendó la madurez de un equipo que, con Cirio sobre el campo, siempre es y será mejor.