Es coger un avión y la UD Ibiza se desmorona como equipo. Ni si quiera después de hacer una de las mejores primeras partes de la temporada, fue capaz de traerse los tres puntos. El partido de Don Benito deja dos partes para el análisis: los primeros 45 minutos donde el equipo rindió a un alto nivel, y los segundos, en los que todo se desmoronó e incluso pudo acabar perdiendo.
Alfaro quiso repetir el esquema de la jornada anterior y dispuso de inicio un 4-3-3, con Núñez en la posición de pivote y Armenteros y Provencio como acompañantes en la posición de interior. El mismo trivote que alineó contra el Granada B y que duró cinco minutos por la expulsión de Lucas.
En tierras extremeñas si se pudo ver esta apuesta del técnico celeste que sigue buscando un once y un dibujo que le de resultado. Hasta la fecha siempre ha movido el árbol en busca de encajar un puzzle de compleja solución, a tenor de lo visto. El centro del campo no fue lo único que repitió, Alfaro volvió a buscar la profundidad de Fobi por la banda derecha, por lo que la defensa ibicenca fue también la misma. A parte de Álex, que volvió a la titularidad por la tarjeta roja que vio Lucas, la única novedad fue la entrada de Raí en el extremo derecho.
El partido comenzó de la mejor manera posible y en el minuto 20 los de Vila ya ganaban por 0-2. Cirio fue el ejecutor de los dos tantos. La Udé funcionaba y con los dos goles parecía que las teclas que se habían tocado por fin daban una melodía bonita. El centro del campo generaba fútbol y Raí era una peligro constante por la banda derecha llegando una y otra vez. Cirio partía desde la izquierda para entrar en la segunda línea y matar. Además, Provencio y Armenteros ayudan a Núñez en tareas defensivas y el equipo apenas sufría. Todo era perfecto.
Con estos ingredientes, las llegadas se repetían y parecía que el tercero era cuestión de tiempo. Se llegó al descanso con dos saques de esquina consecutivos para los andaluces que fueron premonitorios. Antes, Alfaro había tenido que mover el banquillo y sacar a Verdú por lesión de Albizua.
Lo que nadie esperaba es que después de los primeros buenos 45 minutos celestes, el equipo se fuese a caer en un minuto. Rodado pudo evitar la debacle con el 0-2 aún en el marcador. Quizás fue la falta de fondo físico de algunos jugadores o simplemente los fantasmas de saber que lejos de casa no hay manera. El Don Benito se hizo dueño y señor del partido y borró de un plumazo al trivote de Alfaro.
Inexplicablemente todo lo que se hacía bien, se empezó a hacer mal. Los extremeños embotellaron a los ibicencos. El sufrimiento era total y quizás falto una respuesta en el banquillo que diese fuerza a un centro del campo completamente desbordado. La entrada de Kofi en el conjunto local fue suficiente para acabar con el plan pitiuso.
En defensa del técnico, hay que decir que entre el primer y segundo gol no pasó ni un minuto, no hubo tiempo para la reacción. El estrepitoso fallo de Álex, quiso adivinar un centro que resultó un disparo, acabó por completo con los celestes.
Pese a que la batalla en el centro del campo estaba perdida, Alfaro prefirió reforzar la banda izquierda por donde Bonilla, que no tuvo su día, estaba sufriendo mucho.
Al final, un punto y gracias. Una de las mejores primeras partes se marchó por el desagüe con una segunda parte en la que algún jugador del centro del campo evidenció que sufre con 90 minutos.