Pablo Alfaro, entrenador de la UD Ibiza, reconoció que la vida «cambia mucho» en poco tiempo. En apenas dos minutos, su equipo pasó de estar fuera de los puestos coperos a estar más de lleno que nunca en ellos.
En este sentido, comentó. «Esta semana hemos visto situaciones fantásticas en el fútbol y muy cambiantes. Son fantásticas cuando terminan como te gusta y muy crueles cuando no es así. Es cierto que todo cambia mucho y nos ha costado sangre, sudor y lágrimas conseguir la victoria contra el filial del Málaga».
Sobre el partido, afirmó: «Nos metieron un auténtico golazo y ha sido uno de esos días en los que, a nivel táctico, hemos jugado de tres o cuatro formas distintas. En el minuto 30, volver a jugar con mediapunta nos ha dado mucho. Posiblemente, fue el tramo en el que mejor estuvimos».
El míster hizo autocrítica: «Nos ha faltado esa fluidez y esa tranquilidad que otros días hemos tenido, pero lo que sí tiene este equipo es fe y determinación. Y cree en lo que se hace. Hasta que no finaliza el partido, todo vale. No hay que darse por vencido hasta que el árbitro pita el final».
Sobre la acción del penalti, opinó: «Para mí lo ha sido. El árbitro estaba muy cerca. Es una muy buena acción de Jordi, que ha tenido fe para perseguir el balón hasta el final y, en esos momentos, si hay contacto normalmente suele ser penalti. El míster de ellos piensa una cosa y yo otra, pero no vale ni mi pensamiento ni el de Sanlúcar, sino el del árbitro, que ha decidido que ha sido penalti y, afortunadamente, lo hemos materializado».