«Nuestra intención, más allá de las rachas, es conseguir los tres puntos del domingo. Es nuestra ilusión, nuestra intención. El trabajo semanal va encaminado a eso». Son palabras de Pablo Alfaro que compareció ayer en sala de prensa para analizar la actualidad de su equipo que suma cuatro jornadas sin conocer la derrota.
El técnico celeste pese a estar satisfecho con el trabajo de su equipo, no se conforma: «Tenemos que intentar mejorar en todo. Vamos por la jornada quinta y tenemos que mejorar. El último partido contra el Coruxo es cierto que nos costó crear. Tuvimos muy poquita fluidez, muchas imprecisiones, no supimos llevar el partido a dónde nos interesaba porque el Coruxo también hizo su partido».
Aunque reconoció esa falta de juego, no le quiso dar mayor importancia: «Yo estoy tranquilo, porque un partido no te da la medida. La medida viene desde la pretemporada. El equipo se está mostrando con argumentos ofensivos suficientes, en la cifra de goles estamos entre los mejores. A nivel defensivo, el equipo se está mostrando muy sólido y estamos concediendo muy poquito. Eso habla de lo que buscamos ser un equipo equilibrado. Todo es mejorable, todo lo trabajamos.
También destacó el trabajo del último fichaje del equipo Diego Mendoza y no descartó jugar con dos puntas en el futuro: «Diego lleva poco, pero es una alternativa muy real. Es un jugador que cada día está más adaptado, más acoplado y es un hombre que queremos que sea importante. Viene de un buen nivel, tiene gol y esa cualidad se pude entrenar, pero la tienes o no la tienes. Con esas capacidades el equipo es más fuerte. Iremos viendo, pero nuestra intención es que vaya ganando protagonismo con cada semana que pase».
Por último, aseguró que quieren meterse en el «grupo de los equipos importantes» y valoró la «estabilidad» que tiene el club: «Me está gustando mucho la continuidad que estamos teniendo en la línea de trabajo y la línea de club, se respira estabilidad, yo creo que ese es el secreto. La disposición de los jugadores está siendo fantástica».
«Los entrenamientos de los lunes, donde los que no juegan son los que más trabajan, están siendo de un nivel altísimo y eso hace que los titulares miren y piensen, no puedo bajar el ritmo. Es una competencia sana y me está gustando mucho. Eso te suele llevar a buen puerto», concluyó.