Mar Sánchez es, sin duda, una de las mejores deportistas de la historia de las Pitiusas, la única fémina que puede presumir de haber sido olímpica y la primera de Balears. Tal día como ayer hace 20 años, la exatleta participaba a las 09.00 horas de España –las 18.00 Sídney– en los Juegos Olímpicos. Firmó un mejor salto de 4,25 metros y finalizó en la decimoquinta posición tras haberse quedado a cinco centímetros de la final.
La ibicenca tenía por entonces 20 años y solamente llevaba tres en el mundo de la pértiga. El día anterior a la competición, Mar confesó para Última Hora Ibiza lo siguiente: «Para mí es un sueño venir a competir a los Juegos Olímpicos de Sídney. A pesar de que conseguí la mínima en el último momento, ha merecido la pena el esfuerzo».
La exatleta se plantó en Sídney procedente de Adelaida, donde había permanecido con la selección española a modo de concentración. Su ilusión era máxima, como se extrae de sus palabras el día antes de saltar. «Esto es muy importante para mí porque me dará mucha experiencia y tablas para el futuro. Es una experiencia increíble estar aquí y además todo el equipo español de atletismo me ha acogido muy bien. La concentración en Adelaida ha sido una gran experiencia», aseguró la ibicenca, que era la tercera deportista más joven de la expedición nacional.
Trayectoria exitosa
La ibicenca fue una de las pioneras en el mundo del salto con pértiga nacional y continental, en una época en la que esta disciplina acababa de entrar en el programa atlético internacional. Eso sí, esta modalidad no fue la primera que tocó. A los 13 años comenzó a hacer sus primeros pinitos en velocidad y longitud como integrante de la escuela municipal y como quinceañera dio el salto al Club Atletisme Pitiús.
Cuando estaba ya cerca de ser mayor de edad, Toni Roig, actual presidente de dicha entidad deportiva, le propuso a Toni Domínguez, entrenador de Mar, que probara con la pértiga. Su primer logro importante fue una medalla de bronce en el Campeonato de España juvenil al aire libre. Le sirvió de motivación para seguir creciendo al ver que estaba recogiendo sus primeros frutos. Ahí comenzó una carrera meteórica con el éxito por bandera.
A nivel nacional, se convirtió en recordwoman como júnior en pértiga al aire libre (4.10, en 1998) y en pista cubierta (4,00 en 1998). También firmó la mejor marca como promesa al aire libre (4.30, en 2000) y pista cubierta (4,24, en 2001). Se proclamó cuatro veces campeona de España en categoría absoluta al aire libre (1998, 2000, 2001 y 2005); dos veces en categoría promesa en pista cubierta (1999 y 2001); una vez como promesa al aire libre (2001) y otra júnior al aire libre (1998). Casi nada.
A nivel internacional también cosechó unos resultados más que meritorios. Cabe destacar la plata cosechada en el Campeonato del Mundo júnior en 1998 con un salto de 4,10, en Annecy, y el subcampeonato conseguido en el Iberoamericano en 2006 co n la misma marca, en Ponce. Pero, sobre todo, lo que más luce fuera de nuestras fronteras es la participación en los Juegos de Sídney, cita en la que participó hace 20 años y un día.