La UD Ibiza-Gasifred tiene a su plantilla en cuarentena después de que cuatro de sus jugadores dieran positivo por COVID-19 en los test de antígenos del jueves. Así las cosas, el club se ha visto obligado a pedir el aplazamiento del partido de hoy contra el Arenys de Munt, en tierras catalanas, y el próximo contra el Martorell, en casa. La solicitud, como era de esperar, fue aprobada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La entidad celeste alertó ayer en un comunicado oficial de la situación: «Queremos informar que se han detectado cuatro positivos entre los miembros de la plantilla y cuerpo técnico del equipo de Segunda División Nacional B tras pasar las pruebas del test de antígenos de COVID-19. Siguiendo el protocolo, harán cuarentena a la espera de hacerse un PCR para confirmar en su caso los positivos. Hemos solicitado el aplazamiento del partido de este fin de semana en Arenys de Munt. Además se han suspendido los entrenamientos hasta nuevo aviso».
Lo cierto es que los jugadores que han dado positivo se encuentran en buenas condiciones. «Uno tiene un resfriadillo pequeño y ya está. Los otros tres no tienen nada. Son asintomáticos. Hasta me pusieron cara rara preguntando si esta prueba funcionaba de verdad», explicó Vicente Tur, delegado del equipo. Esa es la mejor noticia hasta el momento a la espera de la realización de las correspondientes PCR. Mientras, todo el plantel debe permanecer diez días en cuarentena.
En situaciones así, es normal que se dispare el botón de alarma y reine el nerviosismo. Juan Ruiz, gerente y presidente en funciones del Gasifred Atlético, no ocultó la intranquilidad: «Es normal que haya nervios. Yo mismo me he acercado por mi cuenta a hacerme una prueba y he dado negativo».
El positivo se ha producido en los test que cada equipo debe hacerse semanalmente con la obligación de informar de los resultados a la RFEF antes del jueves por la noche.
Ruiz es consciente de que este va a ser el pan de cada día, con continuos aplazamientos a lo largo de la temporada. Por otro lado, no ve precisamente acertadas las medidas que se están tomando para parar la COVID-19 en la isla: «Es mucha gente la que se mueve. Recluirte de 22.00 a 06.00 horas es prácticamente hacerlo en el horario normal de una persona, pero durante todo el día hay gente moviéndose por todos lados».