De tener la permanencia en el bolsillo a entrar en la zona de descenso hay un paso, el que dio la UD Ibiza Ushuaïa Volley ayer. El equipo ibicenco ganaba por 1-2 al Textil Santanderina, su más inmediato perseguidor en la tabla, y acabó perdiendo por 3-2, resultado que le mete en la parte roja de la tabla clasificatoria. Y no es de extrañar porque en este 2021 acumula diez derrotas y dos victorias, un bagaje paupérrimo.
El equipo de Aitor Barreros tuvo que ir a remolque. No en vano, perdió el primer set por un apretado 25-23. França, con nueve puntos en esta primera manga, fue toda una pesadilla para el conjunto pitiuso, que arrancó el partido mejor que su rival. De hecho, Marcelo de Stefano, míster de los santanderinos y extécnico del Ushuaïa, fue el primero en pedir tiempo muerto con 6-9 en el marcador. Hasta entonces, el bloqueo visitante estaba resultando incontestable, con cinco puntos realizados de esta forma (tres de García-Torres y dos de Hurtado).
El breve parón surtió efecto hasta el punto de que un parcial 4-0 lo cambió todo (10-9). Tras un continuo intercambio de golpes, el 18-20 hizo que los locales pidieran otro tiempo muerto. Y de nuevo les funcionó, pues se escaparon de dos (23-21) y Barreros paró el partido por primera vez, pero sin la misma suerte, ya que el set se lo apuntó el Textil Santanderina por 25-23.
Comenzaban mal las cosas para los pitiusos, pero la reacción se produjo. De un 7-5 se pasó a un 11-14 y los celestes comenzaron se fueron sintiendo tan cómodos que la renta aumentó hasta el 17-25 final, ocho puntos de distancia que insinuaban que la Udé había despertado. Y eso parecía cuando se pudo ver un 8-16 en la tercera manga, con los pitiusos doblando en puntos a su rival. Sin embargo, una vez más este curso, una pájara complicó las cosas. El equipo de Marcelo de Stefano llegó a reducir la diferencia a dos puntos (18-20), pero Monteagudo resolvió la papeleta con dos últimos remates que supusieron el 20-25.
Cuando parecía que la UD Ibiza Ushuaïa se había quitado toda la presión de encima y que tenía encarrilada la victoria, el panorama cambió por completo. Los locales se levantaron del golpe y forzaron el tie-break al firmar un 25-21. En la quinta manga, el equipo de Aitor Barreros desapareció por completo. El 5-1 inicial fue el preámbulo de una muerte anunciada, certificada con el 15-9 final. La permanencia celeste está en peligro y la marcha del equipo sigue dejando mucho que desear.