El CF Rapid, club fundado en 1935, está muy disconforme con las últimas gestiones del Patronato de Deportes en lo que al uso del Campo Municipal de Can Cantó se refiere. El club amarillo ha permanecido en silencio durante el verano, cuando el ascenso del Inter Ibiza a Tercera División obligó a hacer diversos cambios en la instalación. Sin embargo, ahora ha decidido alzar la voz ante una serie de acontecimientos que, según afirmó su coordinador de la base, Juanan Torres, «pone en peligro la supervivencia del club».
El recinto futbolístico de Can Cantó tiene seis vestuarios, pero dos de ellos están bloqueados. Uno de los pequeños está reservado para las categorías base de la UD Ibiza, donde guarda su material, y uno de los grandes, para el Inter Ibiza. Quedan cuatro disponibles, pero no dan abasto cuando se están disputando dos partidos de categorías inferiores simultáneamente (un vestuario para cada uno de los cuatro equipos) y hay programado otro partido acto seguido.
Una valla sin pintar, oxidada y con los bordes punzantes.
Esta situación ya la ha vivido el Rapid. «Nos encontramos que no hay disponibilidad de usar vestuarios. El Inter nos hizo el favor de dejar uno suelto. Se lo dimos al equipo visitante», dijo Torres, que también criticó que «el vestuario es minúsculo para equipos de fútbol 11, donde se mete una veintena de chavales y en época de coronavirus». «En un vestuario de esas dimensiones no pueden entrar esos chavales», sentenció. De hecho, el aforo máximo permitido es de cinco personas, según el cartel de la puerta. El coordinador amarillo lamentó también que «se ha cambiado la cerradura de un vestuario, otorgado al Inter, y el Patronato no nos ha informado de nada de esto».
Desde el Rapid, también destacaron que Vila es «el único municipio en el que los campos municipales no tienen bar» después de que se haya eliminado el que tenía adjudicado en Can Cantó los últimos años para «hacer un concurso, según dijo el Patronato, y no adjudicarlo de forma directa». Ya en verano hubo una gran controversia por este punto, ya que el Inter también reclamó el uso del bar.
Los asientos están en mal estado.
«Se propuso compartir los gastos, pero no se llegó a un acuerdo y el Patronato decidió sacarlo a concurso. Ahora mismo, estamos en el único municipio donde las familias y amigos de los jugadores no pueden tomar nada. Cuando viene gente de otro municipio, se sorprende, porque no deja de ser un servicio que no se da», expuso Torres, que recordó que «el bar era una inyección económica, más grande o pequeña, que se podría haber repartido».
El coordinador también resaltó que «al cabo de un mes de decirnos lo del concurso público, nos enteramos de que, mientras tanto, se convertiría en las oficinas del Inter». «Nos dijeron que sería algo provisional, pero estamos viendo que lo provisional va a perdurar en el tiempo», agregó.
Juanan Torres y la cúpula del Rapid no están nada satisfechos con la nueva gestión en Can Cantó. El coordinador de la base considera que «no se está respetando debidamente la posición» del club «a pesar de su antigüedad, arraigo social y predisposición a colaborar en todo momento».
Una barbacoa dejada al raso en lugar de guardarse en un almacén.
Torres aseguró que «no se está teniendo en cuenta el criterio del club a la hora de tomar decisiones, lo que está poniendo en peligro la supervivencia de una de las entidades deportivas más prestigiosas y antiguas de la isla».
Por otra parte, el Campo Municipal de Can Cantó sigue estando en unas condiciones discutibles a pesar de las obras recientes.
Hay desperfectos en las vallas –sin pintar, con óxido y esquinas rotas que suponen un peligro en caso de accidentes–.
También hay asientos sin fijar, elementos en mal estado como cubos de basura e incluso una barbacoa que se deja al aire libre en lugar de guardarse en algún almacén.