El mal estado de la pista del pabellón de es Pratet condujo ayer al CD Ibiza y al Club Social Esportiu Juan de Palma, que se había desplazado desde tierras mallorquinas con motivo de la décima jornada de la competición balear, a no disputar el duelo. A falta de media hora para el inicio del encuentro, ambos equipos decidieron no jugar porque la cantidad de resina acumulada en la superficie, que estaba pegajosa, no sólo no era la ideal para la práctica del fútbol sala, sino que, además, suponía un serio riesgo de lesión.
Merche Durán, entrenadora del equipo rojillo, aseguró este domingo que «la pista está mal y así no se puede ganar». «La zona de las áreas está fatal. El encargado de la pista intentó limpiarla un poco. Le dio a las áreas con la fregona, pero aun así jugar era imposible. Nuestro rival estaba de acuerdo porque no iba a poner en peligro de lesión a nadie. Todas trabajan y esto es peligroso», explicó.
Sandra Rodríguez, capitana del Juan de Ávila, afirmó tras la suspensión del duelo que «no se podía jugar ahí». «Te metías en la pista y te quedabas pegada. Había riesgo de lesión. Era como pegamento. La zapatilla hasta sonaba al pisar», explicó. La jugadora lamentó que su plantilla haya viajado desde Palma en balde: «Hemos alquilado coches como cada vez que viajamos y es un gasto ya hecho. No sé cómo quedará la cosa ni si tendremos que volver».
Ahora, los órganos competentes de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) deberán tomar una decisión al respecto.
El árbitro principal del partido, Jorge Domínguez, reflejó en el acta que la pista «no estaba al cien por cien», pero que «se podía jugar». «Bajo mi criterio, se podría jugar dicho partido no estando 100 % para jugar, pero las áreas son las que menos están para jugar, llenas de resina y algo mojadas», esgrime. Sorprende un poco la afirmación del árbitro cuando se podía observar la resina acumulada en diferentes puntos de la cancha y el importante riesgo de lesión que conlleva.