Golpe de realidad. La UD Ibiza sufrió en la noche de ayer una dolorosa derrota por 5-1 contra el Girona, ante el que caía ya por 3-0 al descanso. Los celestes no pudieron hacer demasiado ante un conjunto catalán que dejó claro por qué está en la zona alta de la tabla. Los unionistas fueron incapaces de plasmar su identidad frente a un cuadro gerundense letal en ataque y que aprovechó dos regalos de su rival en el primer tiempo.
Paco Jémez recuperó de inicio a tres hombres clave como Sergio Castel, David Goldar y Manu Molina. Los dos primeros son los máximos goleadores del equipo celeste y el tercero, el director de orquesta, por lo que su presencia venía como agua de mayo para el conjunto ibicenco. Por su parte, las bajas obligaron al Girona a variar su sistema y no pudo salir con su tradicional línea de tres centrales. Pese a ello, no lo acusó lo más mínimo.
El cuadro gerudense no tardó en demostrar por qué está en la zona de playoff. Un par de internadas por el costado izquierdo, protagonizadas por Jairo y Borja García, sirvieron de aviso. A la tercera llegó la vencida. Al cuarto de hora, una pérdida de Escobar en la medular dio pie a una contra que Bustos, con un certero remate de cabeza, finalizó en gol tras un buen centro de Baena.
Los unionistas no estaban cómodos sobre el terreno de juego, pero no arrojaron la toalla. Ante las dificultades de hacer daño a un bien plantado Girona, Cristian Herrera tiró de técnica individual para generar la primera gran oportunidad de los visitantes. Pasado el ecuador de este primer periodo, el canario le hizo un caño a Arnau para adentrarse en el área y buscar el segundo palo con un disparo que, eso sí, se marchó demasiado desviado.
Rebasada la media hora de juego, llegó el turno de la polémica. Arnau cayó en el área por un agarrón de Escobar que, afortunadamente para la Udé, el árbitro y el VAR no decretaron. El técnico local Míchel Sánchez protestó airadamente y eso le costó la expulsión. Respiraban los pitiusos, que seguían así metidos en el partido, evitando que su rival se distanciara y peleando por buscar el empate.
Pero lo cierto es que el equipo gerundense seguía mostrándose superior y acabó marcando el segundo antes del descanso. Poco después de que Pol Lozano lanzase fuera un misil en el 36, un saque de esquina lo cabeceó Bernardo contra el larguero, pero la pelota rebotó en Germán y acabó dentro de la portería. Fue un duro golpe para una UD Ibiza que, por si no fuera bastante, perdió a Juan Ibiza por lesión.
Gol psicológico
Con todo, el equipo de Paco Jémez dispuso de una ocasión para meterse de nuevo en el choque. Fue en el minuto 43, cuando Fran Grima se topó con un paradón del portero tras un pase de la muerte de Manu Molina. Perdonaron los unionistas y no lo hicieron los catalanes, que, tras un error inmenso de Germán, subieron el 3-0 al tanteador con una enorme vaselina de Bustos sobre la bocina.
A Paco Jémez le da igual perder por tres que por seis. Lo que quiere siempre es ganar. Y, para eso, no le quedó otra que introducir cambios de inicio en el segundo tiempo y variar el sistema. Javi Lara y Álvaro Jiménez entraron por Miki Villar y Fran Grima. Los celestes pasaron a jugar con una línea de tres atrás y lo cierto es que no tardaron en dejarse ver en ataque.
Herrera volvió a firmar una jugada espectacular, pero su disparo lo despejó Juan Carlos con una gran estirada. Qué caprichoso es el fútbol. Del posible 3-1 se pasó al 4-0. En una buena acción de los locales, Borja García le pasó el esférico a un Baena que recortó a su defensor y batió a Germán con un disparo cruzado.
Otro equipo habría bajado los brazos, pero la Udé no se rindió. De hecho, en el 61, Goldar redujo distancias. El central cabeceó a la red un saque de esquina botado por Javi Lara. Acto seguido llegó el segundo de los ibicencos, pero fue anulado por fuera de juego. El disparo de Diop golpeó en Goldar, cuya posición era dudosa, antes de alojarse en las mallas. El VAR no le dio validez.
El partido estaba loco. Podía pasar cualquier cosa. Y lo que pasó fue que el Girona subió la ‘manita' al electrónico. Lo hizo de penalti por medio del recién incorporado Stuani, que lo ejecutó a lo Panenka. Minuto 69 y 5-1 en el luminoso.
La UD Ibiza necesitaba prácticamente un milagro y ayer, desafortunadamente, no se produjo ninguno. Las aproximaciones de peligro se redujeron notablemente y el marcador ya no sufrió cambios. De esta forma, la UD Ibiza ve cómo la zona de playoff se aleja un poco más. La esperanza es lo último que se pierde, pero la ilusión de la promoción empieza a difuminarse.